Radio Nacional de España




sábado, 28 de abril de 2007

Comentario al libro LOS MEDIA Y LA MODERNIDAD

Una teoría de los medios de comunicación
De John B. Thompson
Realizado por: Andrés Campoy Alcolea


La intención del autor es la de desmenuzar la influencia que tienen los medios de comunicación en la sociedad moderna, pues estos ocupan un papel central al mismo tiempo que paulatinamente van produciendo un gran impacto.
Este impacto ya se produjo en la Edad Media con la aparición de la imprenta y ha ido evolucionando paulatinamente hasta llegar en la actualidad a una nueva revolución en base a las nuevas técnicas informáticas.
El autor presenta en los primeros capítulos el desarrollo, tanto teórico como histórico de los medios de comunicación en el marco de una teoría social. Más adelante, desarrolla el argumento mediante el cual los medios de comunicación han creado en nuestra sociedad actual una nueva forma de acción y de interacción, tratando a continuación de analizar estas formas de la manera más rigurosa y precisa posible.


En el capítulo cuatro, realiza una exploración sobre el impacto de los medios de comunicación en la relación entre lo público y lo privado, así como la cambiante vinculación entre visibilidad y poder. Manifiesta que como consecuencia del desarrollo de los medios de comunicación, no solo han aparecido nuevas formas de poder visible, sino que también estas formas nuevas lo han hecho en una escala sin precedentes.
En los capítulos seis y siete se detallan algunas de las maneras mediante las cuales los medios de comunicación han influido en la vida cotidiana de los individuos, alentando una renovación en las tradiciones y arrancando estas de sus contextos originales. También expresa la afectación del yo de las personas por la proliferación de materiales mediáticos.
Finalmente, trata de cuestiones como la de la realización de una normativa más amable respecto al papel que las instituciones mediáticas pueden y deberían desempeñar en el cultivo de un estilo de vida autónomo y responsable.
Presenta el libro una rica y variada bibliografía sobre la historia de la cultura y la historia de las comunicaciones. La historia social tiene tanto que ofrecer como que recibir sobre la investigación en comunicación; por tanto, una teoría social de los “medios” podía ayudar a ubicar su estudio en un punto entre un grupo de disciplinas preocupadas por la aparición y enorme desarrollo y características estructurales de las sociedades modernas y su futuro. También recurre el libro a la bibliografía sobre la teoría social y cultura contemporánea.
En el estudio de la teoría social y cultural contemporánea presenta en primer lugar la línea procedente del trabajo de la escuela de Francfort con Adorno y Marcase, a la que también hay que añadir la gran fuerza de los primeros trabajos de Habermas, a pesar de que hay muchos puntos en la argumentación de Habermas. No le resulta convincente. Una segunda tradición de pensamiento que utiliza es la del trabajo de los teóricos de los “media”, como Marshall McLuhan, Harold Innis, etc. La tercera tradición es la hermenéutica, una tradición preocupada, a grandes rasgos, por la interpretación contextualizada de las formas simbólicas. En esta línea, entre las recientes contribuciones, están los trabajos de Gadamer y Ricoeur, que destacan que el hecho de que la recepción de las formas simbólicas, siempre implican un proceso de interpretación creativo y contextualizado en el cual los individuos hacen uso de los recursos disponibles para dar sentido a los mensajes que reciben.

Desarrollo de la obra
1.- Comunicación y contexto social.
Desde el principio los seres humanos siempre han tenido necesidad de comunicarse, y para esta comunicación han necesitado de la producción e intercambio de información y contenido simbólico. Sin embargo, desde finales del siglo XV hasta hoy, los procesos de producción, almacenamiento y circulación de información han estado transformándose en varios sentidos: se han convertido en productos que pueden comprarse y venderse en el mercado; han pasado a ser accesibles a individuos ampliamente diseminados en el espacio y el tiempo. Es decir, han roto los límites geográficos y temporales. Además, éste proceso se ha desarrollado de manera profunda e irreversible.
En la actualidad es frecuente oír decir que la publicación es una forma de acción. Esta acción es propia de la vida social, y se debe a que los propios individuos llevan a cabo propósitos y objetivos de varios tipos. Siempre actúan dentro de un conjunto de circunstancias previamente establecidas, que ofrecen a los individuos diferentes inclinaciones y oportunidades. A éstas circunstancias las podemos denominar campos de interacción. Los individuos se posicionan de forma diferente en el interior de estos campos, dependiendo de los diferentes tipos y cantidad de recursos disponibles para ellos.
Las posiciones individuales dentro de cada campo están íntimamente relacionadas con el poder que se posee en él, de manera que ese poder podríamos decir que es la capacidad que tiene el individuo para actuar de acuerdo a la consecución de los propósitos e intereses, y también la capacidad del individuo para intervenir en el curso de los acontecimientos y, por lo tanto, de los resultados que se obtienen. Este poder es factible de ser ampliado mediante la acumulación de varios tipos de recursos, bien a nivel individual o bien a nivel institucional.
Los estados como instituciones se han convertido en centros particularmente importantes de concentración de poder en el mundo moderno. Pero la importancia de las instituciones estatales no debería impedirnos apreciar el hecho de que el poder público político y manifiesto constituye solo una forma de poder tan solo especializada, y que los individuos comúnmente ejercen el poder en muchos contextos que tienen que ver poco o nada que ver con el Estado. Siguiendo a Michael Mann, éste distingue cuatro tipos de poder: el económico, político, coercitivo y simbólico.
El poder económico se refiere a los procesos de producción humanos, que implica el uso de materiales y recursos financieros. Con el desarrollo de las sociedades modernas, las instituciones del poder económico han aumentando la escala y la envergadura de dicho poder.
A diferencia del poder económico, el poder político procede de la actividad de coordinar y regular las relaciones entre los individuos. Aquí el Estado tiene un papel muy significativo, y en último caso, para llevar a cabo sus fines cuenta con el poder coercitivo, para defender el ejercicio del poder político. La autoridad del Estado también puede ser definida mediante la difusión de formas simbólicas y hechos reales que permiten cultivar y sostener la creencia en la legitimidad del poder político.
El poder coercitivo supone la utilización de la fuerza o las amenazas para someter o vencer al oponente. Este poder históricamente ha recaído en las instituciones militares, y en la actualidad lo ejercen tanto los militares como las fuerzas de orden público y las instituciones penitenciarias.
El poder cultural o poder simbólico es el que procede de la actividad productiva, transmisora y receptora de formas simbólicas significativas. Los individuos constantemente se dedican a la actividad de expresarse de forma simbólica y de interpretar al mismo tiempo las expresiones de los demás. Este poder es muy importante porque posee una fuerte capacidad de intervenir en el transcurso de los acontecimientos, para influir en las acciones de los otros y crear acontecimientos reales, a través de los medios de producción y transmisión de las formas simbólicas. En la vida social, que es donde se desarrolla este poder, tenemos algunas instituciones como las religiosas con una influencia muy importante, ocupándose básicamente de la producción de símbolos relacionados con la salvación, los valores espirituales y otras creencias. También son muy importantes las instituciones educativas, ocupadas de transmitir los contenidos simbólicos adquiridos, así como las habilidades.
Sin embargo, la comunicación es un tipo de actividad social diferenciada, porque implica la producción, transmisión y recepción de las formas simbólicas. Para ello, los individuos emplean medios técnicos y distintos soportes. Estos medios técnicos permiten un cierto grado de fijación de las formas simbólicas con varios grados de durabilidad. Otra característica de los medios técnicos es que permiten un cierto grado de reproducción de múltiples copias; en ello la imprente tuvo un papel decisivo, permitiendo posteriormente la explotación comercial de estos medios técnicos. La explotación comercial de libros, grabaciones musicales, etc., se basa en la capacidad de producir múltiples copias de un trabajo, y controlar su proceso de producción de manera que genere beneficios. El tercer aspecto de los medios técnicos es que tienen en cuenta también determinados grados de separación espacio-temporal, que varían enormemente dependiendo de las circunstancias de comunicación y del tipo de soportes técnicos empleados; en el caso de las conversaciones cara a cara, por ejemplo, existe una separación espacio-temporal relativamente escasa.
El uso de soportes técnicos generalmente presupone un proceso de codificación que requiere reglas y procedimientos para la descodificación de la información o de contenidos simbólicos, que requiere habilidades, competencias y formas de conocimiento específicas.
Con frecuencia utilizamos el término “comunicación de masas” que realmente es un término engañoso, pues describe de manera ambigua la situación de la mayoría de los productos mediáticos, pasados y presentes. La comunicación de masas no se caracteriza por el número de individuos que reciben los productos, sino más bien por el hecho de que los productos estén disponibles, en principio, a una pluralidad de destinatarios. Hay que abandonar la suposición de que los destinatarios de la información son observadores pasivos, cuyos sentimientos han estado permanentemente aletargados por la continua recepción de mensajes similares, la realidad no es así, pues los receptores siempre tienen alguna capacidad para intervenir y contribuir en el curso y contenido del proceso comunicativo. De la misma manera, puede resultar engañoso el término “comunicación”, ya que los medios empleados en esta son completamente diferentes a aquellos que forman parte de las conversaciones ordinarias. Por todo ello, el término “comunicación de masas” debe utilizarse con un gran tacto, y en todo caso con éste término habría que referirse a la “producción institucionalizada y difusión generalizada de bienes simbólicos a través de la fijación y transmisión de información o contenido simbólico”.
El desarrollo de la comunicación de masas resulta inseparable del desarrollo de las industrias mediáticas. La explotación comercial implica por tanto el desarrollo de las innovaciones técnicas. Otra característica de la comunicación de masas es que instituye una ruptura estructurada entre la producción de formas simbólicas y su recepción, que implica que los receptores de los mensajes mediáticos están abandonados a su libre albedrío. La extensión de la disponibilidad de las formas simbólicas en el espacio y el tiempo sería otra de las características importantes de los medios de comunicación, que en la actualidad se produce a gran velocidad. Una quinta característica de la comunicación de masas es la que conlleva la circulación pública de las formas simbólicas, es decir, el contenido de los mensajes mediáticos se hace público, visible por múltiples individuos que están dispersos a lo largo de distintos contextos.
El uso de los medios permite a los individuos trascender las fronteras temporales y espaciales que caracterizan la interacción cara a cara. El advenimiento de la telecomunicación, en su momento desembocó en la separación espacial y temporal, en el sentido de que la distancia espacial dejó de requerir distancia temporal. La separación del espacio y el tiempo dio lugar al descubrimiento de la simultaneidad despacializada que llevó a la estandarización del sistema horario internacional.
Los medios de comunicación también desempeñan un importante papel en la formación de nuestra percepción de la distancia, a medida que se incrementó la velocidad de transporte-comunicación. La distancia pareció disminuir, lo que nos lleva a que cada vez la manera de experimentar el paso del tiempo podría estar cambiando en la actualidad, ya que nos resulta más difícil sostener una concepción lineal de la Historia como progreso. Es arriesgado decir si este cambio continuará y, si así sucede, cuales serán sus consecuencias.
2.- Los “media” y el desarrollo de las sociedades modernas.
Entre las características del mundo moderno podemos decir que estas son el resultado de un conjunto de transformaciones que se iniciaron en Europa a finales de la Edad Media y principios de la era moderna. El impacto de estas transformaciones se dejó sentir de manera creciente más allá de los centros urbanos en expansión y de los Estados que iban construyéndose en Europa. Algunas de las principales transformaciones, según los sociólogos de la Historia, han sido las siguientes: en primer lugar, el surgimiento de las sociedades modernas implicó un conjunto característico de cambios económicos a través del cual el feudalismo europeo fue transformándose poco a poco en un nuevo sistema de producción e intercambio capitalista; en segundo lugar, este moderno desarrollo originó que el número de unidades políticas en la Europa Medieval se fuera reduciendo y encajando dentro de un nuevo sistema de Estados nacionales; en tercer lugar, parece claro que la guerra y sus preparativos jugaron un crucial papel en éste proceso de cambio político. Hay que tener en cuenta, no obstante, que en los cambios que ocurren en una región o clase, podrían no ocurrir en otra, o podrían ocurrir de maneras totalmente diferentes, a niveles y con consecuencias totalmente distintas.
Si nos preguntáramos cómo deberíamos caracterizar las principales transformaciones institucionales de las sociedades modernas, deberíamos empezar por analizar las transformaciones producidas por la economía, el comercio, los descubrimientos geográficos, la revolución industrial. Desde el punto de vista político, el Estado moderno actual ha surgido a partir de un largo proceso de formación del Estado. Los territorios extranjeros en este proceso proporcionaban fuentes adicionales de ingresos, convirtiéndose en importantes socios comerciales para los capitalistas y los comerciantes establecidos en Europa. El ejemplo más significativo son las Administraciones Coloniales. La constitución de un Estado fuerte, generalmente, estaba precedida por la formación de un sentimiento fuerte interno de identidad nacional dentro de sus fronteras, “el nacionalismo”, orientado explícitamente al logro de unos objetivos comunes. En este proceso hay que significar el papel jugado por las instituciones religiosas, fundamentalmente la Iglesia católica romana, como institución central del poder simbólico en la Europa medieval. La fragmentación de la autoridad religiosa y su pérdida de influencia política fue paralela a un segundo cambio producido por el desarrollo de las ciencias, tales como la botánica, la medicina, etc., de manera que el poder científico paulatinamente fue separándose de la Iglesia. Otro tercer cambio fue el de la aparición de la imprenta.
En 1450 Gutenberg había desarrollado suficientemente sus técnicas de impresión para su explotación comercial. El desarrollo de la imprenta fue rápido, siendo las ciudades alemanas e italianas los centros más importantes de publicación. La mayoría de los primeros libros eran ediciones de las Sagradas Escrituras. También libros de filosofía y teología, junto a textos sobre leyes y temas científicos para el público universitario. El crecimiento de la industria de la impresión creó nuevos centros y redes de poder simbólico, encaminadas a la producción de bienes. La censura estimuló sin embargo un vigoroso comercio de contrabando de libros, pues durante la Reforma, el Papado condenó las obras de Lutero, y los monarcas promulgaron edictos en los que se ordenaba que se quemaran sus libros.
La imprenta también permitió acumular y difundir datos sobre el mundo natural y social, desarrollando sistemas estandarizados de clasificación, representación y práctica. También editaron obras de ciencias populares, manuales prácticos, y almanaques que se vendían en gran cantidad.
Si nos preguntáramos quién leían los libros producidos la respuesta sería que los principales clientes eran las élites urbanas educadas, incluyendo el clero, los universitarios y los estudiantes, las élites políticas y la floreciente clase comercial. Sin embargo, el porcentaje de gente alfabetizada era muy bajo en algunos sectores de la población urbana. El declive del latín también propició las ediciones en lenguas vernáculas, desarrollando las primeras redes de comunicación que se transmitían información de carácter político y comercial: en primer lugar, existía una extensa red controlada por la Iglesia, que le permitía mantener contacto con las élites clericales y políticas; en segundo lugar existían redes establecidas con las autoridades políticas de Estados y Principados; un tercer tipo estaba vinculado a la expansión de la actividad comercial, sobre todo en las ciudades italianas y centroeuropeas. Así fue como apareció el correo y e sistema de comunicación como el de los Fugger o el de la familia Taxis en Grecia. Las publicaciones periódicas de noticias verdaderamente como tales empezaron a aparecer en la segunda mitad del siglo XVI. Sin embargo, los orígenes de los periódicos modernos están a principios del siglo XVII.
Las autoridades políticas trataban de imponer cierto control sobre la proliferación de noticiarios y comunicaciones para, al mismo tiempo, con las tasas especiales impuestas aumentaban sus impuestos. Sin embargo la lucha planteada por la prensa independiente, jugó un papel crucial en el desarrollo del moderno Estado constitucional. Algunos de los primeros pensadores liberales y demócratas como Jeremy Bentham, James Mill y Hohn Stuart Mill, fueron fervientes defensores de la libertad de prensa.
En sus estudios Hebermas sostiene que el desarrollo del capitalismo mercantil del S XVI, junto con las cambiantes formas institucionales del poder político, crearon las condiciones para que, a principios de la Europa moderna, surgiera una nueva forma de esfera pública. En este contexto, el significado de autoridad pública empezó a cambiar; dejando de un lado la vida cortesana, para referirse más, a las actividades de un floreciente sistema estatal. Es lo que llamaríamos la sociedad civil, con un dominio de relaciones económicas privadas, bajo la tutela de la autoridad pública. En este contexto Habermas, concede una gran importancia a la aparición de la prensa periódica. Entre las críticas hechas a la explicación de Habermas, están las siguientes: 1.- Al centrar su atención en la esfera burguesa, olvida el significado de otras formas de discurso público y actividades sociales que existieron en Europa. 2.- Se puede cuestionar el énfasis de Habermas sobre la prensa periódica a principios del S XVIII, cuando en realidad ya había publicaciones anteriores. 3.- Una tercera crítica se relaciona con la naturaleza restrictiva de la esfera pública burguesa, compuesta por aquellos pocos individuos que habían tenido los medios educativos y financieros para participar en ella, mientras se excluía a trabajadores y campesinos, tanto hombres como mujeres.
El autor menciona en su visión panorámica sobre el crecimiento de las industrias mediáticas, que este se debe fundamentalmente a la transformación de las instituciones mediáticas en compañías con intereses comerciales, como un fenómeno comercial nuevo. De manera que so progresiva mecanización dio lugar a una mayor extensión en el mercado. También ve como a mediados del S XIX comienza el proceso que hoy llamamos globalización de la comunicación. Finalmente le da una importancia extraordinaria al empuje proporcionado por la aparición de la energía eléctrica.
3.- El desarrollo de la interacción mediática.
En este desarrollo distingue tres tipos de situación interactiva, creados por la utilización de los medios de comunicación y marcando una diferencia entre la interacción cara a cara en contraste con la interacción mediática y la interacción casi mediática. Para la primera la constitución espacio-temporal es de co-presencia; una sistema de espacio temporal compartido con multiplicidad de señales simbólicas orientada especialmente al otro o los otros y con carácter dialógico. La interacción mediática supone la separación temporal de contextos; con una disponibilidad extendida en el espacio y el tiempo, con un estrechamiento del radio de acción de señales simbólicas, también orientada específicamente a los otros y con carácter dialógico. Finalmente la interacción casi mediática tiene una gran similitud con la mediática pero está orientada hacia un indefinido número indefinido de receptores potenciales y tiene un carácter monológico.
4.- transformación de la visibilidad.
La continua transformación de la naturaleza de la visibilidad origina una cambiante relación entre visibilidad y poder que se puede analizar en la distinción entre lo público y lo privado, al distinguir dos sentidos en la dicotomía público y privado, valorando que el desarrollo de los mas madia, ha transformado la naturaleza del espacio público, volviendo a trazar nuevas relaciones históricas entre el poder y la visibilidad. Esto también ha dado lugar a la creación de nuevas oportunidades para los líderes políticos, y al mismo tiempo ha creado nuevos riesgos.
La distinción entre lo público y lo privado, tiene una larga historia en el pensamiento social y político occidental. En la Edad Media, el poder político institucionalizado fue creciendo mientras que los dominios de la actividad económica y las relaciones personales, quedaban fuera del control político directo generando las diferencias que en la actualidad separan lo público de lo privado.
Antiguamente la propiedad pública de los individuos y de los acontecimientos estaba vinculada a la idea de compartir un espacio común, opero el desarrollo de los “Medios” ha creado formas nuevas de propiedad pública, completamente diferentes de la propiedad pública tradicional, dejando de vincularse al hecho de compartir un lugar común.
5.- La globalización de la comunicación.
Una de las características más importantes de la comunicación en nuestro tiempo, es que tiene lugar a escala cada vez más global, a grandes distancias y con relativa facilidad por lo que podemos decir que la reordenación del espacio y el tiempo ocasionada por el desarrollo de los “mas media, es parte de un conjunto de procesos más amplios que han transformado y siguen transformado el mundo moderno. Esta globalización se manifiesta cuando las actividades tienen lugar en un ámbito o territorio global, cuando están planificadas a escala global e implican cierto grada de reciprocidad e interdependencia, de forma que diversas actividades localizadas en diferentes lugares del mundo, se configuran de la misma manera.
No cabe la menor duda de que la organización de la actividad económica y la concentración del poder económico ha jugado un papel fundamental en el proceso de globalización.
La primeras redes de comunicación se comenzaron a organizar en el S XIX y principios del S XX. El telégrafo fue uno de los primeros medios de comunicación que de manera exitosa, explotó el potencial comunicativo de la electricidad. Un segundo avance del S XIX, de importancia considerable, fue el establecimiento de las agencias internacionales de información: primero porque las agencias se ocupaban de la reunión y de la difusión sistemática de noticias y otras informaciones sobre amplios territorios; segundo porque las grandes agencias acordaron debido a su rivalidad competitiva, dividir el mundo en esferas de operación mutuamente excluyentes; porque se concentraron en torno a la imprenta. La primera agencia de información fue creada en París por Charles Havas; en 1835 y as partir de la segunda Guerra Mundial las cuatro agencias más importantes Reuter, AP, UPI, AFP, han mantenido sus posiciones de dominio en el sistema internacional, para la recopilación y difusión de noticias y otras comunicaciones.
Otro importante avance se refiere al desarrollo de nuevos medios de transmitir información a través de ondas electromagnéticas, librándose de la necesidad de tender cables fijos
La globalización de la comunicación, también ha traído aparejado un proceso estructurado y desigual que ha beneficiado más a unos que a otros. Ha sido el desarrollo de las nuevas tecnologías el que ha jugado un papel muy importante en la globalización de las comunicaciones. Con la instalación de satélites artificiales de comunicación. Otra característica central de la globalización es que los productos mediáticos circulan en una arena internacional, distribuidos en un mercado global. En cuanto a las pautas de acceso a los materiales simbólicos globalizados, estos están sujetos a diferentes pautas de asimilación.
6.- El rearraigo de la tradición
Aunque la tradición mantiene su significado, no cabe duda de que ha sido transformada de manera fundamental: la transmisión de materiales simbólicos que comprenden tradiciones se ha separado progresivamente de la interacción social en un espacio compartido. Las tradiciones no desaparecen pero pierden sus vínculos en los espacios compartidos de la vida cotidiana. El reamarre de tradiciones procedentes de espacios compartidos, de la vida diaria, no implica que las tradiciones floten libremente; por el contrario, las tradiciones se mantendrán a lo largo del tiempo si son continuamente rei8ncorporadas a nuevos contextos y rearraigadas a nuevos tipos de unidades territoriales.
La transformación de la tradición está vinculada de manera fundamental, con el desarrollo de los medios de comunicación. El vínculo es doble: de una parte facilita el declive de la autoridad y de los fundamentos tradicionales para la acción; por la otra, los nuevos medios de comunicación también han logrado separar la transmisión de la tradición del hecho de compartir un espacio común, en consecuencia, han creado condiciones para la renovación de la tradición a una escala que excede ampliamente cualquiera que haya existido en el pasado.
7.- El yo y la experiencia en un mundo mediático.
El desarrollo de los “media” no solo enriquece y transforma el proceso de formación del yo; también da lugar a un nuevo tipo de intimidad que antes no existía y que se diferencia en determinados aspectos fundamentales de las formas de intimidad características de la interacción cara a cara.
¿Cómo se enfrentan los individuos al flujo de la experiencia mediática en sus vidas cotidianas?. Lo normal es que se ocupen de forma selectiva, centrándose en aquellos aspectos que tienen un interés particular para ellos, e ignorando o filtrando el resto. Sin embargo, también se esfuerzan para dar sentido a fenómenos que desafían una compresión fácil, y se esfuerzan para relacionarlos en contextos y condiciones de sus propias vidas. En cuanto a la ideología muy debatida y criticada en los últimos años, podemos ver que el desarrollo de los “Medios” incrementa en gran medida la capacidad de transmitir potenciales mensajes ideológicos. También en un segundo aspecto, el desarrollo de los “medios” puede tener consecuencias negativas para el proceso de formación del yo: a mayor enriquecimiento del proceso de formación del yo mediante formas simbólicas, mayor es la dependencia de sistemas mediáticos que se escapan de su control. Un tercer aspecto es que la creciente disponibilidad de materiales simbólicos, puede tener un efecto desorientador.
8.- La reivindicación de la propiedad pública.
¿Cómo deberían organizarse los “medios” a nivel institucional? ¿Cuál debería ser su contribución a la vida social y política?.
Con la transformación de las organizaciones mediáticas en organizaciones comerciales a gran escala, la libertad de expresión, fue enfrentándose de manera progresiva a una nueva amenaza, amenaza que no procedía del excesivo uso del poder Estatal sino por el contrario, del libre crecimiento de las organizaciones mediáticas, como empresas comerciales, por ello según el autor se requiere una desconcentración de los recursos de las industrias mediáticas; por lo que la concentració9n debería restringirse, con una ley que permita crear las condiciones favorables para el desarrollo de las organizaciones mediáticas, que no formen parte de los grandes conglomerados, en dirección a una renovación de la política democrática, y hacia una ética de responsabilidad global


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domingo, 15 de abril de 2007

Repensar las Facultades de Periodismo


El pasado mes de noviembre, la Online News Association (Ona), una organización que aglutina al mayor número de profesionales que trabajan en periodismo digital en Estados Unidos, reveló una investigación sobre las habilidades que se necesitan para trabajar en las salas de redacción digitales.Por Guillermo Franco Editor de El Tiempo.com
El trabajo, una tesis de maestría de C. Max Magee, dirigida por Rich Gordon, de la Escuela de Periodismo Medill, de la Universidad de Norhwestern, evaluó 35 habilidades.
La mención de algunas de ellas, seguramente, haría ruborizar a muchísimos periodistas, no solo de la vieja guardia, sino lo peor, de la nueva: HTML, Flash, usabilidad web, cómo escribir para Internet, uso de sistemas de administración de contenido, creación de productos multimedia, edición de audio y video, administración de comunidades en línea, análisis de métrica, formas alternativas de contar historias, etc.
Uno de los valores agregados de la investigación es que no solo pidió a los responsables del enganche de los periodistas en los medios calificar las habilidades ideales en un candidato potencial, sino que pidió a aquellos responsables de la creación, edición o empaque de contenido digital calificar las mismas habilidades basados en qué tan frecuentemente eran usadas en el día a día.
Las habilidades mejor calificadas por los encuestados fueron las tradicionales, no asociadas con la tecnología (atención al detalle, juicio noticioso, gramática y estilo, habilidades multitarea, habilidades de comunicación y para trabajar bajo la presión del tiempo), pero de la investigación emerge claramente un perfil de periodista con múltiples habilidades.

Los resultados de esa investigación son, sin lugar a dudas, un buen punto de apoyo para proponer una reflexión sobre los programas de formación de periodistas en Colombia, que con contadas (muy contadas) excepciones no han sido repensados a la luz de Internet, una revolución que no solo ha estremecido los cimientos de los medios tradicionales, sino de la misma sociedad.

La caracterización rigurosa de esta revolución daría para llenar tomos enteros, pero sus contornos se podrían delinear a través de algunos hechos puntuales:

- La revista Time lo declara a usted, el usuario de Internet, el personaje del año en el 2006. Usted ya no es un receptor pasivo de contenidos, sino activo protagonista de la creación.

- Un video del ahorcamiento de Saddam Hussein, tomado con la cámara de un celular, es distribuido a través de la red, agudizando las críticas por la forma en que E.U. ha conducido la guerra en Irak. Al comienzo de dicho conflicto, fotos de los abusos contra prisioneros iraquíes en Abu Ghraib estremecieron al mundo. En ninguno de los dos casos fueron periodistas quienes tomaron las imágenes.

- El número de sitios web superó en el año 2006 la cifra de los 100 millones, según la firma investigadora de mercados Netcraft, aunque algunos suponen que la cantidad es mayor.

- El magnate de medios (tradicionales) Rupert Murdoch compra por 580 millones de dólares MySpace, una comunidad en línea en la que sus integrantes publican contenidos en texto, video, audio y enlaces a todas partes para crear redes de amigos y contactos. La ve como una pieza clave de su estrategia para engancharse con el mundo digital. A propósito de su estrategia, dijo: "La gente joven no desea depender de una figura parecida a Dios que desde arriba le diga qué es importante... En lugar de ello, desea tener sus noticias cuando quiere... tener el control de sus medios, en lugar de ser controlado por ellos. Desea preguntar, probar, ofrecer un ángulo diferente".

- YouTube, un sitio en el que cualquiera puede publicar sus videos, se convierte en un fenómeno. Google lo compra en el 2006 por 1.650 millones de dólares.

- Internet y, en particular, los blogs lograron que la libertad de prensa y la libertad de expresión llegaran a ser lo mismo, dice investigador.

- 'Oh My News', tal vez el sitio de Internet más influyente de Corea de Sur, tiene más de 44.000 "reporteros ciudadanos", gente común y corriente que le genera contenido.

- Los omnipresentes teléfonos celulares están en vías de convertirse en la interfaz primaria de comunicación de la humanidad. Hay 2.000 millones en el mundo, 27 de ellos en Colombia. En el celular se puede ver televisión, escuchar música, navegar en Internet, recibir y enviar correo electrónico, hacer transacciones, tomar fotos, grabar videos... y hasta hablar.

- La mayoría de los lectores de 'The New York Times' lo consultan en Internet, pero casi el 90 por ciento de sus ingresos provienen de la edición de papel. Su 'publisher', Arthur Sulzberger Jr., dice: "Yo no estoy en el negocio de los periódicos... Ahora, mucha de nuestra gente lo desea (el contenido) en papel y trataremos de servir este mercado... si en el futuro desea que se lo disparemos directamente a sus mentes, crearemos la edición de corteza cerebral".

- Los ingresos de los sitios digitales de los periódicos en E.U. superarán el de sus contrapartes de papel en el año 2018, si continúa la tendencia actual de crecimiento, dice Rick Edmons en el documento 'An Online Rescue for the Newspapers?'.

- El 8 por ciento de los usuarios de Internet en E.U., 12 millones, tenían blog en el 2006; el 39 por ciento, 57 millones, decía leer blogs, de acuerdo con Pew Internet & American Life Project. En el último año, los blogs dieron cuenta de una gran parte del crecimiento del tráfico de los sitios Web de los 10 periódicos más importantes de Estados Unidos, según la firma de consultoría Nielsen/Netratings.

- El último lector del periódico desaparecerá en septiembre del año 2043, dice el investigador de la Universidad de North Carolina (E.U.) Philip Meyer (autor del libro 'The Vanishing Newspaper'). Esta afirmación -referida al mercado estadounidense- le hace ganar duras críticas. Sus contradictores dicen que será mucho antes.

- Las listas de los sitios de Internet con mayor tráfico incluyen dentro de los primeros lugares, casi sistemáticamente, a los de los periódicos. Esto pondría en evidencia que -con el gran activo de la credibilidad- podrán migrar exitosamente a Internet. Pero la discusión sobre esta migración aún continúa. John Battelle, cofundador de Wired y otras revistas y sitios web, dijo en un artículo de la revista BusinessWeek (enero 2005), titulado 'El futuro de The New York Times' : "el modelo de negocios que parece justificar el gasto de producir periodismo de calidad es el que no está creciendo y el que está creciendo -Internet- no está produciendo suficientes ingresos para generar periodismo de la misma calidad".

- La televisión abierta pierde audiencia frente a la televisión por cable y satelital. "En 1978, las tres cadenas de televisión estadounidenses -ABC, CBS y NBC- capturaban el 90 por ciento de la audiencia en ese país en el horario 'prime- time (triple A). En la siguiente década, esa cifra cayó al 64 por ciento", según David Sheik, autor del libro Data Smog. De acuerdo con el documento 'We Media', los televidentes nocturnos de las redes de noticias cayeron a la mitad de 1993 al 2002. De acuerdo con el documento de 'State of the News Media 2006', del Proyecto Excelencia en Periodismo de la Universidad de Columbia, entre noviembre de 2004 y noviembre de 2005, los 'ratings' de las noticias nocturnas de las cadenas noticiosas cayeron un 6 por ciento y su participación en la audiencia total 3 por ciento. Esto se traduce en una audiencia para las tres cadenas de 27 millones de espectadores, una declinación de 1,8 millones a noviembre de 2004. Desde la entrada de CNN al mercado en 1980, la audiencia de las tres grandes redes cayó en 25 millones de espectadores, un 48 por ciento

- Bajo el rótulo 'Convergencia', se desarrollan en Estados Unidos y Europa cientos de experiencias en las empresas de medios, que integran sus redacciones de impresos, televisión, radio e Internet. ¿La idea? Llegar a sus audiencias cómo y cuándo estas quieran, en un ciclo de 24 horas los siete días de la semana (ciclo 24/7): papel, TV, radio, Internet, celular u otros dispositivos. 'The New York Times' y 'Washington Post' integran sus redacciones de papel y online. El grupo Gannett, propietario de varios periódicos, entre ellos el 'Usa Today', crea lo que denomina 'Information Centers', a los que define como la forma de recolectar y diseminar información en diferentes plataformas (medios) en un ciclo 24/7.

Tal vez, la primera tarea para repensar los programas de formación de periodistas a la luz de Internet es tratar de armar un panorama completo de lo que está pasando en la industria de medios y en la sociedad, a partir de estos hechos aparentemente aislados e inconexos. Este ejercicio, que debería ser permanente y sistemático (incluso, parte del programa), y que no se está haciendo, entregaría el contexto para el cual se están preparando los nuevos profesionales, y permitirían definir su perfil.

Antaño, las Facultades obtenían ese contexto de un dueño de medio, a quien invitaban a un auditorio con 300 o más estudiantes y le soltaban, en boca del decano o director de carrera, la siguiente originalísima pregunta: "Dr. Fulanito, ¿Cuál es el perfil de periodista que requieren los medios?" Hoy, la originalísima pregunta solo llevaría al ridículo, aunque se sigue haciendo. De hecho, de ese auditorio de 300 o más estudiantes, escasamente uno o dos tendrían oportunidad de hacer práctica en un medio tradicional. Y la probabilidad de quedar enganchado es casi nula.

No, no son los medios tradicionales los que están definiendo este perfil. Es el nuevo entorno tecnológico, pues ya no se necesita estar inscrito en un medio tradicional para convertirse en un generador de contenido. Lo que los expertos llaman "las barreras de entrada" al negocio de generación de contenido se han reducido dramáticamente, lo que ha democratizado el acceso a los medios, permitiendo que todo tipo de organizaciones sociales tengan presencia en Internet. Otra manera de decirlo: Usted ya no necesita comprar una rotativa de 10 millones de dólares para generar contenido. A nivel individual, cualquiera con tecnología, literalmente, de consumo masivo (cámaras de video y fotografía digitales, grabadoras, software de bajo costo e incluso gratuito, un PC básico y una conexión a Internet), puede convertirse en un generador de contenido.

Mire algunas consecuencias en el oficio periodístico:

- Los medios ya no son el intermediario exclusivo entre lo que está pasando y las audiencias. Un ejemplo: la primera insinuación de los problemas que llevaron a la tragedia del transbordador Columbia aparecieron en Internet 11 minutos antes de que AP publicara su primera alerta. Y si le parece muy distante el ejemplo, en nuestro país se vienen presentando casos como el de la golpiza que propinó el ganadero Rafael Dangond a su esposa en un club de Barranquilla, cuyas fotografías y primeros reportes aparecieron gracias a un correo electrónico.

- Cualquiera con una tecnología mínima se puede convertir en un reportero ocasional. Un ejemplo: las imágenes y testimonios del 11 de septiembre.

- Internet y la televisión impusieron el ritmo de producción de contenido 24/7: 24 horas al día, siete días a la semana.

- Las audiencias ahora son globales, y están absolutamente 'balcanizadas'.

- Las propias fuentes se encargan de hacer sus pronunciamientos en sus páginas web y la audiencia está en posibilidad de acceder a ellos sin que ningún medio de comunicación tradicional sea necesario como intermediario.

Ese entorno tecnológico -que cada vez más comparten los medios tradicionales- es el que determina que se requiere un periodista con múltiples habilidades: que esté en capacidad de escribir para Internet como para una publicación impresa (pues el papel será un vehículo de distribución de contenidos por mucho tiempo más, pero no el único), que pueda aparecer frente a una cámara, que sepa editar audio y video, que pueda generar productos multimedia, que tenga nociones de usabilidad (facilidad de uso), que conozca formas alternativas de contar historias, que entienda la narrativa digital, que tenga nociones de periodismo participativo, que sepa crear, promover y administrar comunidades en línea, que esté familiarizado con sistemas de administración de contenido, que sepa qué tipo de contenidos son adecuados para dispositivos móviles, que sea capaz de entender dónde y cómo consumen las audiencias el contenido, y otras habilidades, algunas de ellas descritas en la investigación de C. Max Magee. Pero más importante que tener las habilidades es estar dispuesto a aprenderlas y desarrollarlas.

"(...) Los periodistas digitales dijeron que lo que hace diferente al periodismo digital no son tanto los aspectos técnicos sino una forma diferente de pensamiento. Los productores de noticias digitales describieron una buena disposición para aprender nuevas cosas, las habilidades multitarea y el trabajo en equipo, como muy importantes en el trabajo. Más generalmente, estas actitudes fueron totalizadas como la habilidad para "pensar digital" y la habilidad de convencer a otros para hacer lo mismo", dice la investigación de C. Max Magee.

No nos llamemos a engaños, ni siquiera los llamados medios tradicionales serán la excepción a la hora de buscar este nuevo perfil. Cada vez más, muchos de ellos -los que quieren seguir siendo líderes- están dejando de verse a sí mismos como simples periódicos, emisoras o canales de TV, y se están redefiniendo como "generadores de contenido" (algunos, organizaciones 'convergentes'), que lo distribuyen en muchas plataformas (si se quiere medios) a una audiencia pragmática las 24 horas del día: periódicos, TV, radio, Internet, dispositivos móviles...

Obviamente, el núcleo de los programas debe seguir siendo el conjunto de habilidades periodísticas tradicionales: atención al detalle, juicio noticioso, gramática y estilo, habilidades multitarea, habilidades de comunicación y para trabajar bajo la presión del tiempo...

"Los hallazgos de la investigación retratan un periodismo digital que está atado al periodismo tradicional en muchas formas, pero no es solamente una versión del periodismo tradicional más tecnológicamente enfocado. La imagen que emerge de este estudio es de periodistas que deben ser bien versados en muchos aspectos del periodismo y la tecnología, en lugar de expertos en uno o dos tipos de tareas", dice la investigación de C. Max Magee.

Otra consecuencia de entender el nuevo contexto del periodismo es que se redefiniría, y ampliaría, el campo laboral de los egresados. Los medios tradicionales ya no son el único. De hecho, tampoco se restringiría a aquel que crean quienes buscan competir con los medios tradicionales en Internet por los mismos segmentos de audiencia, sino otros que simplemente buscan servir a comunidades o grupos sociales específicos. También se abrirían oportunidades de trabajo en sitios que buscan expertos en manejo de contenidos para vender sus productos o servicios a través de Internet (esto en la antesala del TLC) y habría oportunidades en administración de contenidos en Intranets empresariales, por mencionar solo algunos ejemplos. El perfil multimedia del periodista debería ir acompasado con la vocación de empresario, de emprendedor, algo que también debería promoverse en la universidad. Esto les permitiría correr el riesgo de crear sus propias empresas generadoras de contenido.

Seguramente, hay muchos ejemplos de programas de formación de periodistas repensados a la luz de Internet que vale la pena destacar, pero no lo hacemos por temor a excluir alguno.

Sin embargo, vale la pena recomendar que esta reflexión se haga en los pregrados, pues algunos que forman parte de esa minoría que ha repensado los programas lo han hecho a la luz de argumentos económicos, que los ha llevado a la conclusión de que lo más rentable es ofrecer diplomados y postgrados con nombres rimbombantes, la mayoría de las veces de calidad dudosa.

Esta perspectiva pesimista, si se quiere, no es exclusiva del autor de esta nota, quien publicó en el 2004, junto con su colega Julio César Guzmán, la investigación 'The State of Online Journalism in Latin America' (El estado del periodismo digital en América Latina). En esa investigación, más de la mitad de quienes respondieron un sondeo en línea en América Latina, incluida Colombia, dijo que la calidad de los programas sobre periodismo digital disponibles no era buena. Así mismo, el 77 por ciento de los encuestados dijo que su más grande necesidad en términos de capacitación era la creación de contenido multimedia; el 17 por ciento dijo que la segunda necesidad era cómo escribir para Internet. (La investigación está disponible en el sitio Poynter Institute).

Una aproximación que hay que evitar (de la cual fui víctima cuando le propuse una discusión sobre el programa académico a la directora de uno de ellos, que lamentablemente la interpretó como una solicitud de empleo), pues solo muestra lo casados que estamos con la vieja forma de hacer las cosas, es sugerir que los programas se pueden llenar de 'parches', con una electiva aquí, otra más allá...

La gente que así actúa desde la academia es la misma que asegura que esta reflexión en torno a los programas de formación de periodistas no es válida porque nuestro contexto es absolutamente diferente al de los países desarrollados, argumentando, por ejemplo, la baja conectividad a Internet, o su concentración en los estratos altos...

No, definitivamente no. Para el periodismo, no nos cabe duda de que estamos hablando de un contexto globalizado. Lo que está ocurriendo allá nos está señalando un camino, que tarde o temprano deberemos recorrer.

¿Quiénes son los llamados a repensar los programas y bajo qué marco teórico? Obviamente, las Universidades, pero no en cabeza de profesionales fracasados en otras áreas, en particular las sociales, que a falta de un discurso propio -y de inexperiencia en medios- recitan el que encuentran en libros desactualizados. Se necesitan profesionales que puedan llevar a la academia la visión de lo que está pasando en el mundo real. Y esos no son profesionales de 20.000 pesos la hora.


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Sin derecho a votar y alejados de los partidos, los adolescentes multiplican su participación social

La crisis de representatividad de los partidos y la simple imposibilidad de votar sigue desalentando la inclusión política de los adolescentes en la Argentina, pero miles de jóvenes han generado a cambio nuevas formas de participación en la sociedad civil, que desmienten los prejuicios sobre su desinterés y apatía por el mundo que los rodea, dijeron especialistas y funcionarios consultados por Periodismo Social.

El 12,3 por ciento de los jóvenes argentinos, más de 3,3 millones de chicos de entre 15 y 19 años, está social y económicamente excluido, según datos oficiales. Sin embargo, como en el resto de América Latina, ellos valoran en general la democracia como espacio para diseñar sus proyectos y la participación como mecanismo para realizarse y obtener logros, aunque sin ser manipulados. (1, DNJ - 2, CEPAL) y (ver recuadro).

Rosario, de las urbes más pobladas y socialmente castigadas del país, tiene desde 2004 un Presupuesto Participativo Joven (PPJ) en el cual los adolescentes evalúan las necesidades de sus barrios, eligen sus propios representantes y votan los proyectos que en su opinión les permitirán mejorar su ciudad. Más al Norte, en Formosa, la mitad de los jóvenes rurales participa activamente en la vida de sus comunidades, en organizaciones juveniles, en actividades solidarias y en grupos religiosos. Cientos de experiencias de participación se desparraman en todo el país.

La participación juvenil persiste incluso en un contexto poco favorable: sólo el 61,2 por ciento de la población de entre 15 y 18 años asiste a la escuela y el 40 por ciento de los desempleados son jóvenes de menos de 24 años, y el mundo tradicional de la política dista mucho de la realidad cotidiana de estos adolescentes.



Sin embargo, el proceso de participación social de los adolescentes resulta poco visible, aún en períodos electorales, y en una comunidad con frecuencia más preocupada por los "problemas" de los que considera portadores a los adolescentes, más que por los que ellos mismos soportan.

"En la Argentina, la dictadura operó como un actor terrible que señala que si participás, cosas muy graves pueden pasar", y muchos padres que vivieron esa etapa desalientan la participación de los chicos, incluso activamente, resumen Sergio Balardini, un investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

El senador nacional Jorge Yoma (PJ) presentó cuatro veces desde 1997 un proyecto para llevar a 16 años la edad mínima para sufragar, aunque optativo para los adolescentes de 16 y 17 años. La iniciativa nunca tuvo consenso suficiente. "Se cree que hay intenciones electorales. Yo creo que no podemos pedir que se juzgue a los jóvenes como maduros para delinquir, pero no para elegir a sus gobernantes", dijo el legislador a Periodismo Social, y prometió insistir con su proyecto.

La participación de los jóvenes en la definición de las políticas públicas que les conciernen va más allá de las recomendaciones de los expertos. La Convención sobre los Derechos del Niño, incorporada en la Constitución en 1994, consagra en su artículo 12 el derecho de "expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño". El 11 y 12 de octubre de 2005 se abre a la firma la Convención Iberoamericana sobre los Derechos de la Juventud, el primer instrumento de derechos humanos específico para jóvenes, que consagrará, entre otros, el "derecho a la participación política".

Pero la Constitución nunca nombra específicamente a los jóvenes en temas que les competen directamente. En cambio, la carta política de Brasil singulariza al niño y al adolescente en materia de derecho a la salud, la colombiana y la española consagran la participación activa de los jóvenes y la de Portugal va más allá, y desarrolla la noción del joven como sujeto de derecho.

"Los jóvenes se alejaron de los mecanismos tradicionales de participación política porque esos instrumentos se alejaron de los jóvenes y esta es una tendencia comprobable en todos los país del mundo", explica Juan Manuel Abal Medina, politólogo e investigador del Conicet, a Periodismo Social. "La situación -matiza- no cambiaría en nada si se pudiera votar desde los 16 años. Sin embargo esto no implica que descrean de la participación ciudadana, en nuestro país los jóvenes muestran hoy un interés mucho mayor que el que tenían en la década del 90".

Los expertos coinciden en que la inclusión de los adolescentes en la adopción de decisiones necesita reconocer los cambios ocurridos en los mecanismos y estructuras de participación juvenil. De hecho, el Estado argentino asumió ese compromiso durante el Año Internacional de la Juventud, celebrado por la ONU en 1985, que considera a los jóvenes "asociados imprescindibles para construir la sociedad del futuro" y les asigna gran relevancia, particularmente en el diseño y desarrollo de estrategias para disminuir la pobreza y proteger el medio ambiente.

El mundo tiene hoy la mayor cantidad de jóvenes que registra la historia: una mitad de la población mundial tiene menos de 25 años y en el mundo en desarrollo una de cada tres personas tiene entre 10 y 25 años de edad, según el Informe 2005 del Fondo de Población de la ONU.

Cambios en la participación juvenil

La participación juvenil en la vida política de nuestro país se remonta a su fundación y fue muy fuerte durante las primeras décadas del siglo XX, por ejemplo con la Reforma Universitaria de 1918. Sin embargo, la imagen que se asocia con frecuencia a la participación de los jóvenes es la de los años '60, durante los cuales participaron de movilizaciones eran multitudinarias.

"Los '60 era un período donde la política significaba la transformación de las cosas -explica Balardini- y participar, o 'militar', como se decía, era deseable, era bueno, era bien visto, porque además el ideal era que la política transformaba las cosas para bien. El concepto era que la política construía la sociedad y conducía la economía, por eso en ese entonces había grandes consignas y podían ser abstractas", explica Balardini.

La situación dio un giro de 180 grados, por varios factores que se aunaron: un descrédito muy grande de la participación política y de las posibilidades de la política para transformar efectivamente el mundo; el miedo todavía vigente por la represión durante los años de dictadura; y el sentimiento de ser manipulados que atravesó a la juventud participativa de los 80, nuevamente en democracia.

Los jóvenes empezaron a sentir entonces que la política era un ámbito donde eran manipulados. "Estaban para hacer pintadas, para repartir volantes, pero cada vez que había que encerrarse en un lugar a tomar decisiones, ellos no estaban", dice el experto.

Abal Medina considera que la falta de participación política juvenil afecta más a aquellos países donde el Estado y los partidos son más débiles, están marcados por el desprestigio, el clientelismo político y las prácticas corruptas. "Esto desmotiva mucho más la participación -sostiene el investigador- y tiene un enorme impacto sobre los jóvenes porque en nuestro caso ellos sólo conocieron este modelo, el de los 90, y los aspectos negativos de la política. Entonces, no sienten interés en este modelo y buscan otras formas de participación".

Esta crisis de representación causó en los jóvenes "una brutal desesperanza respecto a lo que pueda llegar a lograrse a través de las instituciones estatales", concluye el estudio "Integración social de la juventud", sobre Desarrollo Humano de la provincia de Buenos Aires, elaborado por la Fundación Banco Provincia de Buenos Aires, con el apoyo del gobierno provincial.

Alejandro Rabinovich, cuarto candidato a diputado por el ARI en la Ciudad de Buenos Aires, considera que la poca participación juvenil en política es, efectivamente, una herencia de la década del 90, "donde primó el individualismo sobre lo colectivo". El dirigente, dos años presidente de la Juventud Radical, ve una solución si los partidos aceptan "abrirse al traspaso generacional" y si el Estado encuentra "resortes para estimular la participación juvenil".

Un documento publicado por la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) advierte que los jóvenes, sobre todo si son varones y pertenecen a grupos de bajos ingresos "son vistos por el resto de la sociedad como potenciales infractores y violentistas". En este sentido, "la acción voluntaria le permite al joven involucrado colocarse como protagonista y no como marginado, como proveedor y no como dependiente, como héroe y no como víctima, como meritorio y no como objeto de sospecha por parte de los adultos".

Las políticas públicas sobre juventud más fuertes, en general, son actualmente en el país las dedicadas a la producción y la capacitación en oficios, seguidas de cerca por programas de recreación, deportes y cultura, como la reciente muestra de Arte Joven en la Ciudad de Buenos Aires, próxima a reeditarse en otras ciudades del interior del país.


La juventud vista desde el Estado

Las políticas de juventud en Argentina han cambiado con los años. En 1973, la Secretaría de Juventud dependía de la Secretaría General de Presidencia, básicamente para incentivar la movilización política. Recién con el retorno de la democracia, 10 años después, se adoptaron en el país las primeras políticas de juventud "modernas". En 1985, la ONU impulsó el Año Internacional de la Juventud y el Programa de Acción Mundial de Juventud, que imprimió un fuerte empuje al debate sobre políticas para jóvenes que aquí se cristalizó en 1987 con la constitución de una Secretaría Nacional de Juventud, con un sesgo de gestión de proyectos.

La CEPAL identifica cuatro tipos de políticas de juventud: por un lado, para la juventud, comúnmente asistencialistas, que estimulan conductas pasivas y conformistas; y por la juventud, de retórica heroica, que convocan a la movilización y adoctrinamiento. Por otro lado, políticas con la juventud, modernas, cuyo principio base es la solidaridad y en esencia participativas, donde los jóvenes son parte en el análisis, la toma de decisiones, la ejecución y evaluación de las mismas políticas; y políticas desde la juventud, es decir, las iniciativas impulsadas por los propios jóvenes.

Mariano Cascallares, director nacional de Juventud, aseguró a Periodismo Social que todos los encargados de áreas de juventud provinciales y municipales reconocen que se debe trabajar con y no para los jóvenes, pero "cuesta con otras áreas de gobierno, a las que hay que inculcarles esta visión de los jóvenes como protagonistas y que no son sólo el futuro, sino también el presente".

Los especialistas mencionan algunas características que debe tener una buena política de juventud. Ernesto Rodríguez, experto uruguayo, marcó diez criterios para distinguir una buena política pública de juventud, durante un seminario que organizaron Flacso y la Fundación Friedrich Ebert. Rodríguez sugiere, entre otras cosas, promover la participación de los jóvenes en el diseño, implementación y evaluación de las políticas públicas que les conciernen directamente; dar prioridad al plano local para efectivizar los programas, tomar a los jóvenes como destinatarios y a la vez como actores estratégicos del desarrollo, y atender la heterogeneidad propia de los grupos juveniles.

El reto desde el Estado para los próximos años, según Cascallares, es "trabajar desde abajo hacia arriba, con ellos y no para ellos", mejorar el trabajo transversal con otras áreas de gobierno y trabajar con los municipios. En este sentido, el director nacional de Juventud comenta que en los últimos años las áreas de juventud municipales pasaron de ser menos de 60 a más de 300.

Hay en todo el país proyectos que, desde distintos ámbitos, promueven la participación de los adolescentes en la vida de su comunidad. Uno ejemplo de ello, lo constituye el Presupuesto Participativo Joven (PPJ) de Rosario como parte del Presupuesto Participativo Rosario en el que adolescentes de entre 12 y 18 años, elegidos por sus pares, elaboran proyectos sobre temas que consideran prioritarios para ellos y para toda la comunidad y que después se ponen en práctica durante el año siguiente.

En 2004 se hizo la experiencia piloto del PPJ en el distrito sudoeste de la ciudad, con el apoyo de la agencia alemana GTZ, que aportó 15.000 euros, de los cuales se destinaron 40.000 pesos para la ejecución de los proyectos elegidos por los jóvenes. Los adolescentes del distrito Sudoeste, donde se realizó esta primera prueba, votaron por la realización de talleres de murga, teatro y fútbol.

Este año jóvenes de toda la ciudad eligieron ocho proyectos que se pondrán en marcha durante 2006 con un aporte municipal de más de 250.000 pesos.

El Área de Juventud de la Municipalidad de Rosario se apoya en las escuelas y en las organizaciones juveniles para atraer a los chicos a participar del programa, que apunta a involucrar a los jóvenes en las problemáticas de su barrio y los invita a ser parte de la solución a sus problema cotidianos.

Los jóvenes reconocieron durante todas las etapas preliminares de evaluación de proyectos los problemas de seguridad y de infraestructura de la ciudad, como la pavimentación de calles o la iluminación. Las reacciones de los adolescentes al participar del PPJ demuestran que los jóvenes no son ajenos a los problemas de su barrio, e incluso se muestran dispuestos a aportar su contribución para solucionarlas.

Otras iniciativas de jóvenes en organizaciones comunitarias tienden a permanecer invisibles a los medios, aún cuando en ocasiones consigan atraer su atención, como el caso del jardín maternal que pusieron en marcha jóvenes del MTD La Matanza. Otro caso que llamó la atención durante un breve período fue el Movimiento de los Chicos del Pueblo, que en junio marchó hacia el Congreso para reclamar por la situación de los niños y jóvenes (ver recuadro).


El impacto social de la participación juvenil.

El Informe sobre la Juventud Mundial de la ONU, pronto a publicarse, hace notar que "en el lema tradicional 'los jóvenes son el futuro' no se tiene en cuenta el hecho de que, hoy en día, los jóvenes contribuyen muy activamente a sus respectivas sociedades". Por ello, interpreta Rodríguez, "la exclusión juvenil es, ante todo, un gran handicap para el conjunto de la sociedad, en la medida en que es la propia sociedad la que se priva de contar con el fecundo aporte de los jóvenes en la implementación de las estrategias de desarrollo".

La participación de los jóvenes en la toma de decisiones es, además, un compromiso que asumieron los gobiernos durante el Año Internacional de la Juventud celebrado por la ONU. El organismo considera a los jóvenes "asociados imprescindibles para construir la sociedad del futuro" y les asigna gran relevancia, particularmente en el diseño y desarrollo de estrategias para disminuir la pobreza y proteger el medio ambiente.

El informe de la Fundación Banco Provincia reclama que "cualquier invitación honesta a participar debe incluir a los jóvenes la toma de decisiones" y que "una comunidad de ciudadanos se construye cuando todos tienen incidencia en las decisiones que influyen en sus vidas".

Silvana Turra, coordinadora del Presupuesto Participativo Joven (PPJ) de Rosario, se declara convencida, desde el Estado, de que el verdadero resultado de un proyecto como ése "uno lo ve a muy largo plazo, porque apunta a cambios actitudinales, a cambiar esos conceptos de la cuestión de que la participación no sirve, que no vale la pena meterse, el 'si total no se puede solucionar nada'", dice refiriéndose al PPJ.

Guía de Fuentes

Juan Manuel Abal Medina
Investigador del Conicet
Tel:4331-7632
juanabal@uolsinectis.com.ar

Sergio Balardini
Especialista en participación juvenil y políticas de juventud
flacso@balardini.net

Alejandro Rabinovich
Cuarto Candidato a Diputado por el ARI en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Ex presidente de la Juventud Radical - UCR.
15-4986-7818

Dirección Nacional de Juventud (DINAJU)
Director: Mariano Cascallares
Contacto de prensa: Alejo Ramírez
aramirez@juventud.gov.ar
Tel: 4342-6122 / 15 4029 8632

Área de Juventud de la Municipalidad de Rosario
Coordinadora del Presupuesto Participativo Joven: Silvana Turra
(0341) 480-2557/714.
juventud@rosario.gov.ar
sturra@rosario.gov.ar

"La Juventud en Iberoamérica. Tendencias y urgencias".
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
Organización Iberoamericana de Juventud
Para descargar el informe:
http://www.oij.org/jovenes_e_inclusion_social.pdf

Organización Iberoamericana de Juventud (OIJ)
Datos estadísticos:
http://www.oij.org/encuestas.htm
Proyecto de Convención Iberoamericana sobre los Derechos de los Jóvenes:
http://www.oij.org/convencion_2005.htm

Informe sobre Desarrollo Humano Provincia de Buenos Aires "Integración social de la juventud"
Fundación Banco Provincia de Buenos Aires
http://www.fundacionbapro.org.ar/
Para descargar el informe:
http://www.fundacionbapro.org.ar/esp/page.asp?subsec=programas&page=informes&data=informes&anio=2004

Fundación Friedrich Ebert
http://www.fes.org.ar
Para descargar las ponencias del seminario:
http://www.fes.org.ar/Publicaciones/Juventud_Publicacion04.pdf


Informe Mundial de Juventud 2005
Organización de las Naciones Unidas
http://www.un.org/esa/socdev/unyin/spanish/wyr05.htm



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EL HIPERTEXTO COMO SOLUCION A LA RED

Comentario resumen de: Andrés Campoy Alcolea

En las grandes empresas, las personas que han pasado por ellas, saben que normalmente en ellas se destruye la diversidad, consecuencia de la rigidez de la propia empresa, que por su amplitud burocrática, va cortando paulatinamente los conductos de comunicación interna, su fluido vital.

Por otra parte todos conocemos que para que un grupo avance, ha de crearse la conexión adecuada entre la gente; ya sea en una familia, en una compañía, en un país o en el mundo.
En la actualidad se está produciendo un gran movimiento de comunicación a través de páginas web, que está cambiando el tradicional sistema de comunicación, por otro más rápido e interactivo. Por ello, nos podríamos preguntar: ¿Podrá el futuro del mundo de las webs, cambiar el modo en que las personas trabajan juntas y aumentar sus conocimientos ya sea en una pequeña, mediana o gran empresa?. Funcionará el sistema para un pequeño grupo de igual manera que para un gran grupo?. ¿Puede esto cambiar los patrones actuales de la sociedad?. Y..... lo que suceda en el futuro: ¿será para mejor o para peor?.

Si miramos hacia los condicionantes históricos del desarrollo de la Humanidad, nos daríamos cuenta de que los accidentes geográficos fueron unos de los primeros y consecuencia de ello, la geografía dio al mundo su estabilidad militar y sus sectores culturales, que prácticamente se han mantenido hasta hace pocos años.

Las Webs, sin embargo, rompen estos límites geográficos de identidad, y no sabemos realmente si como consecuencia de ello, aparecerán límites nuevos.

Hay sin embargo una cuestión que arroja cierta claridad en el sentido de que ante los problemas, una meditación en voz alta, es decir mediante conexiones, facilita la resolución del problema. En las Webs, las personas a la vez que intuitivas, son analíticas, porque son conscientes de que la sociedad necesita de ambas funciones por lo que el potencial Semántico de las Webs utilizando la gran potencia informática, puede colaborar en ello enormemente. El paso intuitivo importante tiene lugar cuando alguien que está siguiendo vínculos de varias personas independientes se da cuenta de que existe una relación importante entre todas, y crea un atajo para registrarla.

Para crear ese atajo, la Web tiene que estar bien conectada, tiene que tener varios grados de “separación” pues los átomos, tienen una capacidad para conectarse con otros átomos. Nosotros como individuos, recogemos cuantos canales de comunicación podemos y nos arreglamos con los que podemos verdaderamente analizar comprende y entender, para realizar una verdadera conexión.

Así pues en los grupos de trabajo sucede lo mismo, los miembros empiezan a alcanzar un entendimiento, común que incluye nuevos conceptos, que solo ellos comparten. Y muchas veces sucede que el grupo adquiere unos conocimientos tan sólidos que descubre que tiene que luchar con el resto del mundo, para explicar sus decisiones.

En ese momento los miembros pueden darse cuenta que han comenzado a crear u7na nueva subcultura interna entre ellos, con una nueva forma de entendimiento y al mismo tiempo creando una barrera a su alrededor.

La realidad es que estos casos, se ha hecho una elección de la que se deducen ganancias y pérdidas al mismo tiempo.

¿Qué debe guiarnos al hacer esas elecciones?. El Web es un medio tan flexible que deja la decisión en nuestras manos. Del mismo que podemos seleccionar las vínculos que hacemos individualmente, tenemos opciones en las máquinas sociales que creamos. Sabemos que queremos una estructura bien conectada de intuición de grupo para trabajar, Sabemos que debe ser descentralizada, ser elástica y justa.

Para asegurar la estabilidad, cualquier sistema electrónico complejo requiere un mecanismo de amortiguación para evitar que oscile de manera exagerada. Por ello, construir deliberadamente una sociedad, de manera incremental, usando las mejores ideas que tengamos, es nuestro deber y sería también lo más divertido. Estamos aprendiendo poco a poco el valor que tienen los sistemas descentralizados y diversos, y el mutuo respeto y la tolerancia.

El final sería llegar a una metamorfosis producida por una superestructura en el hiperespacio que nos permita trabajar juntos de forma armoniosa y que daría como resultado una reestructuración de la sociedad. Una sociedad que pudiera avanzar gracias a la intercreatividad y la intuición de grupo, en lugar del conflicto como mecanismo básico, sería un cambio muy importante.

Trabajar juntos es la cuestión de encontrar entendimientos compartidos pero teniendo cuidado de no etiquetarlos como absolutos. Tenemos que estar preparados para descubrir la verdad absoluta, con la que nos sintamos cómodos dentro del grupo. La comunicación humana aumenta proporcionalmente sólo si podemos ser tolerantes con las diferencias de los demás. El nuevo espacio Web, nos permite aprender cruzando límites. Y como personas tenemos que acostumbrarnos a ver como comunicación y no como discusión las conversaciones y los desafíos que son parte necesaria de este proceso.

El paralelismo entre diseño técnico y principios sociales, se ha repetido en toda la historia de la web. Las personas que crearon internet y la web, aprecian de verdad el valor de los individuos y el valor de sistemas en el que los individuos juegan su papel, con un sentido firme de su propia identidad y un sentido firme del bien común.

¿Deberíamos entonces sentir que nos estamos volviendo más listos, que cada vez controlamos más la naturaleza, a medida que evolucionamos? En realidad no. Sólo estamos mejor conectados; conectados en mejor forma. La experiencia de ver el despegue de la web gracias al esfuerzo fundamental de miles de personas, nos da la esperanza de que si tenemos la voluntad individual suficiente, podemos hacer colectivamente a nuestro mundo algo mejor.

Y, ¿Cómo vamos a seguirle la pista a un proyecto tan grande?. La respuesta consistiría en analizar el problema de la pérdida de información sobre sistemas complejos evolutivos y proponer una solución basada en un sistema de hipertexto distribuido.

Para analizar la pérdida de información hay que tener en cuenta que el tránsito y flujo constante de usuarios es un problema, ya que la estancia media de las personas en la web es de dos años. Otra cuestión es el modo de encontrar la información. El CERN es un experimento en miniatura, de cómo será el mundo dentro de unos cuantos años. El CERN se encuentra ahora con problemas a los que el resto del mundo tendrá pronto que enfrentarse.

Es deseable que el conjunto de la información, pueda desarrollarse, crecer y evolucionar con la organización y los proyectos que describe pues el método de almacenamiento no debe trasladar sus propias restricciones a la información.

Por eso una red de notas con vínculos entre ellas, es mucho más útil que un sistema jerárquico fijo. El sistema que necesitamos es como un diagrama de círculos y flechas. Los círculos pueden ser los nodos, y las flechas los vínculos. La disposición puede ser variada: árbol de familia; diagrama detaflow; dependencia; cuadro PERT; cuadro organización. En la práctica es muy útil que el sistema sea consciente de los tipos genéricos de vínculos entre los temas y los tipos de nodos, sin poner ninguna limitación.

El problema de la estructura en árbol, no permite al sistema seguir el modelo del mundo real. La información no se organiza de manera natural en un árbol. Es un método muy útil para aunar competencias, pero sufre de la inflexibilidad de la forma de árbol.
El problema de las palabras clave, es que las personas nunca escogen las mismas palabras clave. Las palabras clave son sólo útiles entonces para la gente que conoce la aplicación Es un sistema de búsqueda que empieza en un pequeño numero de nodos con nombre, y encontrar nodos que estén cercanos a ellos.
La solución por tanto sería el HIPERTEXTO (término acuñado por Ted Nelson): información legible por los seres humanos vinculada entre sí de manera no obligatoria.
Para que el sistema sea práctico en el entorno CERN, es necesario que se cumplan un cierto número de requisitos prácticos como: acceso a larga distancia por las redes; heterogeneidad; descentralización; acceso a datos existentes; vínculos privados; campanas y silbatos; análisis de datos; vínculos vivos, etc.
En cuanto a las aplicaciones específicas, hay tres ejemplos de lugares específicos en los que el sistema propuesto debería ser útil inmediatamente: documentación de desarrollo de un proyecto; recuperación de documentos; inventario de habilidades personales.
Hipermedios más novedosos: “Compound Document Architecture” (CDA) de Digital, es un modelo de datos que puede hacerse extensible al modelo de hipermedios.
Andrés Campoy Alcolea Abril de 2007

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viernes, 6 de abril de 2007

La información en la prensa digital: redacción, diseño y hábitos de lectura

José Igancio Armentia, José María Caminos, Jon Elexgaray e Iker Merchán

Investigadores del Departamento de Periodismo de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad del País Vasco

Resumen:
El avance del periodismo digital plantea la necesidad de encontrar nuevas fórmulas, tanto narrativas como formales, específicas para dicho medio y que no estén, como hasta ahora, estrechamente ligadas a la referencia de las ediciones en papel. La nueva situación de los géneros, la vigencia de la pirámide invertida o la búsqueda de soluciones visuales para contrarrestar las limitaciones de la lectura en una pantalla &endash;descontextualización, desconocimiento previo de la longitud y jerarquización informativa de los textos, etc- son algunas de las cuestiones que se abordan en este trabajo, que forma parte del proyecto de investigación financiado por la UPV-EHU, titulado ìLas ediciones digitales en Internet de la prensa española: diseño, contenidos, audiencias y estrategias de mercadoî. En el artículo se recogen asimismo las conclusiones de un estudio comparativo sobre la rapidez y nivel de comprensión de un texto periodístico leído tanto en la pantalla del ordenador como en papel. Dicho estudio fue realizado con alumos de primer curso de las licenciaturas de Periodismo y Publicidad y arrojó resultados que, a priori, podrían parecer sorprendentes.

Abstract:
The advance of the digital journalism recommends the need of finding new specific formulations, narrative as well as formal, for this new media. These formulations shouldnít be based on paper references, as until now itís happened. The new role of the information genres, the force of the inverted pyramid or the search of visual solutions to supply the limitations of the reading in a screen (like absence of context, previous ignorance of the length and informative hierarchy of the textsÖ) are some of the problems that are approached in this work. It is included in a research project financed by the Basque Country University, and called ìSpanish newspapers in Internet: design, contents, audiences and market strategiesî. The conclusions of a comparative study about the speed and comprehension level of an informative story, if it is read in a computer screen or in a paper, are collected also in the article. This study was accomplished with students of first level of the Journalism and Advertising degree and offers results that could seem surprising.



Introducción

Una de las cuestiones más debatidas en relación con el periodismo digital lo constituye la posible merma de legibilidad que puede sufrir éste en comparación con las publicaciones en formato papel. En general, se tiende a pensar que la pantalla soporta bastante peor la lectura que el papel. Voces tan reputadas como la de Jakob Nielsen (1997) afirman que la lectura en la pantalla del ordenador resulta, aproximadamente, un 25% más lenta que sobre el papel. Esto le lleva a recomendar que los textos para la web sean la mitad de largos que los destinados a la impresión sobre papel.

Otros autores, como Mario García (1997) insisten en el hecho de que la web, más que para leer la información es especialmente indicada para ìescanearlaî; esto es, para que el lector vaya buscando con la mirada aquello que pueda interesarle, aunque sin efectuar una lectura profunda de ningún tema. García aporta, al respecto, un dato interesante: mientras que el tiempo medio que los lectores dedican al diario en papel es de 20 minutos, en el caso de la web dicho número se reduce a siete.

Los profesores Herre van Oostendorp y Chris van Nimwegen (1999), de la Universidad de Utrecht, partiendo de las limitaciones espaciales de la pantalla del ordenador, han realizado una investigación para ver cuál es la forma más legible de presentar textos cuya longitud supere la altura de la pantalla: ¿es mejor obligar al lector a utilizar los scrolls o barras de movimiento, o es mejor ìdesmenuzarî la información, mediante la creación de links para que la extensión del texto coincida con la de la pantalla?
En este estudio (disponible en www.ascusc.org/jcmc/vol4/issu1/oostendorp.html), se recogen algunas de las quejas de los sujetos entrevistados, en relación con la lectura en pantalla. Así, respecto a la necesidad de utilizar las barras espaciadoras, se plantea el inconveniente de que el lector desconoce en un inicio cuál va a ser la longitud del texto, algo que sí sabe en el soporte papel. Por otro lado, el recurso a hiperenlaces para ampliar una información o acceder a los textos de apoyo conlleva una disminución del contexto temático: ìOne gets abruptly confonted with new, rather isolated chunks of information, while at the same time the old context disappears from the screenî. Como fórmula intermedia, los autores recomiendan que en el caso de cierta longitud se inserten enlaces entre las distintas partes de dicho texto, lo que en términos de diseño de páginas web se conoce como inserción de anchors.

En contraposición al planteamiento de Mario García, Oostendorp y Van Nimweben explican que una de las desventajas del diario digital es la pérdida que en el se produce repecto al sentido de globalidad. Así, los lectores en papel acostumbran a mirar primero el conjunto de la página, observando qué temas aparecen en ella para después decidir cuál o cuáles de ellos comenzarán a leer. Mientras que en la página del diario no es ningún problema recordar dónde se encontraba cada uno de los temas &endash;a fin de cuentas, la página continúa delante de nuestro ojos-, el laberinto de hiperenlaces de una página web puede dificultar notablemente esta tarea.

Todos estas cuestiones han llevado a algunos estudiosos del periodismo digital a plantear la posibilidad de crear un estilo de escritura propio para Internet. Algunos van más lejos y propugnan una redefinición de los géneros informativos para su empleo en el soporte electrónico. En una interesante comunicación presentada en el III Congreso de investigadores audiovisuales (Madrid 10-12 de noviembre de 1999), titulada ¿Qué ha sido de la pirámide invertida? Una aproximación a la investigación sobre géneros periodísticos en los medios electrónicosî, el investigador de la Universidad de Santiago de Compostela Manuel Gago hacía hincapié en la necesidad de modificar las estructuras textuales de la información de cara a su utilización en la red: ìLos medios en red han supuesto una ruptura en las tradicionales cadenas de producción de los medios de comunicación. En primer lugar, la estructura hipertextual del discurso, y la convergencia de los soportes mediáticos convencionales suponen, a priori, una redefinición de las bases sobre las que se asientan los géneros periodísticos habituales. En segundo lugar, las audiencias se han ido fragmentando y especializando y el feed-back con el lector puede ser más intenso. Estas condiciones pueden provocar cambios en los procesos de producción y creación de información para la red. Y estos cambios pueden dar lugar a transformaciones en los géneros informativos en los que se ha asentado el discurso periodístico en los grandes soportesî. Las ediciones digitales de diarios como The Chicago Tribune o The Philadelphia Inquirer ya viene haciéndose eco de estas nuevas formas narrativas.

Sin embargo, aun cuando recomienda nuevas formas de expresión para la red, el ya citado Jakob Nielsen (1996) aconseja mantener el esquema de la pirámide invertida para las informaciones en Internet. Ahora bien, desde su punto de vista, una de las características de los relatos incluidos en las publicaciones digitales debería de ser la brevedad (aproximadamente la longitud de la página); y ello no sería debido únicamente al hecho de que un buen número de lectores se muestra reacios a utilizar el ratón y las barras de scroll para continuar leyendo una información, sino porque &endash;como Nielsen explica- cuando la edición digital de un diario publica un tema, los antecedentes y contexto de dicho asunto han sido ya previamente colocados en la red y el lector puede acudir a ellos mediante un simple click. Esto liberaría al nuevo texto de la necesidad de incluir la largo cuello explicativo o una serie de párrafos de contexto, que podrían ser sustituidos por un simple enlace a la hemeroteca digital del periódico.

El planteamiento de Nielsen se opone a uno de los mitos que con más frecuencia se escuchan en los foros sobre periodismo electrónico &endash;y que, como cabía esperar, fue también mencionado en el reciente I. Congreso Nacional de Periodismo Digital, celebrado en Huesca los días 20 y 21 de enero del 2000-, y es el de la superación de las limitaciones de espacio en el caso de las informaciones colocadas en la red. Desde dicho punto de vista, el periodista que escribe para un periódico en papel ve su estilo influenciado por la necesidad de ocupar un determinado espacio dentro de la página del diario. Esta limitación no existiría, a priori, en un documento web, en donde &endash;según ciertas opiniones- la noticia tendría su longitud ìnecesariaî, en función de criterios puramente informativos y no espaciales. Estudios como el ya citado de Van Oostendorp y Van Nimwegen (1999), el de Mario García (1997), o el de Carole Rich (1999) arrojan serias dudas sobre la efectividad de los textos de longitud excesiva, a la hora de ser leídos sobre la pantalla de un ordenador. Como acertadamente señala Carole Rich, ìla web tiene un espacio ilimitado, pero los lectores no tienen una atención ilimitadaî.

Tras un estudio realizado sobre 52 estudiantes de periodismo (1999), la citada autora llegaba a las siguientes conclusiones. Mientras que el 21% de los lectores sobre papel leen SIEMPRE la totalidad del texto de las informaciones que les interesan, en el caso de los lectores online dicho porcentaje se situaba en el 11%. Los porcentajes se nivelaban en el caso de los lectores que FRECUENTEMENTE leen la totalidad de una información que pueda interesarles (62% en el caso del papel, frente a un 60% online). Es entre los lectores que ESPORÁDICAMENTE leen la totalidad de las informaciones que les interesan donde el porcentaje de lectores en papel &endash;12%&endash; se ve superado por el de lectores online &endash;25%-.

A pesar de todos los datos y opiniones hasta ahora recogidos, ¿resulta tan evidente que la lectura sobre una pantalla está en franca desventaja sobre la lectura en papel? ¿Y si es así, en qué porcentaje, en el 25% del que habla Nielsen y otros autores? Para comprobar estos datos, hemos realizado una investigación con 41 alumnos de 1º de Periodismo y Publicidad de la Universidad del País Vasco para comparar tanto la rapidez en su lectura sobre pantalla y sobre papel, así como la capacidad de retención de datos en uno y otro soporte.

A la mitad de la clase se les facilitó una página del diario El País, en la que aparecía a 4 columnas un texto de cierta longitud; mientras que a la mitad restante se le situó delante de una pantalla en la que aparecía el mismo texto, obtenido de la edición digital del periódico. Los alumnos dispusieron de 2 minutos para leer el texto, al cabo de los cuales tenían que indicar cuántas líneas habían sido capaces de leer. Sorprendentemente, quienes leyeron sobre una pantalla fueron, por término medio, un 8,3% más rápidos que quienes lo hicieron sobre papel. Además, el grupo online fue mucho más homogéneo que el ìde papelî. En este último caso la diferencia entre el más rápido y el más lento fue un 34,3% superior que dicha diferencia entre los lectores del ordenador. Por último, se dio la circunstancia de que los lectores más rápidos del total de la clase estaban entre quienes leyeron en papel; pero como también los más lentos se encontraban en dicho grupo la media total de rapidez fue superior en los ìlectores digitalesî.

La sorpresa no terminó ahí. Los lectores en pantalla no sólo eran, en términos globales, más rápidos que los de papel; sino que además mostraban un mejor nivel de comprensión sobre el texto leído. Una vez que los alumnos terminaron de leer sus textos, se les plantearon 3 preguntas relativas al contenido de la información. Mientras que el 47,6% de los usuarios de la pantalla respondieron correctamente a, al menos, dos de las tres preguntas; entre los lectores en papel dicho porcentaje se situó en un exiguo 30%.

Los datos de este estudio, cuyos detalles aparecen extensamente explicados en el siguiente apartado de este artículo, nos llevan a preguntarnos sobre las verdaderas limitaciones de la pantalla ante el papel. Para las generaciones educadas en la utilización de una pantalla &endash;las generaciones de los videojuegos- no parece que el soporte electrónico constituya por sí mismo un verdadero freno a la hora de leer un texto. Los estudios anteriormente citados coinciden en que el factor primordial a la hora de determinar si un lector leerá o no un texto &endash;tanto en pantalla como el papel- continúa siendo el contenido del mismo. Por lo tanto, resulta cuando menos dudoso que quien no tenga la costumbre de leer en papel vaya a adquirir dicho hábito únicamente porque los textos se le presenten en una pantalla.

Quizá, uno de los problemas resida en la falta de una cultura creativa propia para la red. Como señalan algunos autores, mientras que la página de un diario se escribe y se diseña para el ojo; la de una publicación digital se diseña para la mano, ya que mediante las operaciones de click y scroll es como el lector se traslada a través de la información, y no fundamentalmente a través de la mirada. Además, todavía el porcentaje de textos escritos específicamente para la red es muy reducido en la mayoría de los periódicos. Y ello a pesar de que, como asegura Carole Rich (1999) ìes más sencillo crear páginas directamente en la Web que convertir texto en documentos Webî.

1. Estudio de lectura sobre pantalla y papel

La investigación se llevó a cabo el martes 13 de diciembre de 1999. El objetivo era descubrir si, como afirman otros estudios anteriores, la lectura en pantalla tiene un lastre de rapidez y comprensión considerable respecto a la que se realiza sobre papel. Para corroborarlo o rebatirlo decidimos realizar un experimento en el que no sólo se medirían la cantidad de caracteres que eran capaces de leer las personas seleccionadas, sino que también se les plantearía un pequeño cuestionario de tres preguntas para confirmar hasta qué punto habían comprendido el texto. Una de las cuestiones era tan básica como que explicaran el tema principal de lo leído, por lo que el no responderlo denotaría una incomprensión total del texto.

Los sujetos elegidos para participar en el experimento fueron cuarenta y un estudiantes de primer curso de las Licenciaturas de Periodismo y Publicidad de la propia Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV-EHU. Los participantes en ningún momento fueron informados de los objetivos del estudio.

A la hora de llevar a la práctica el experimento, se dividió en dos al grupo primigenio. A uno de los grupos, constituida por veinte miembros, se le entregó un texto, relativo a una serie de decisiones adoptadas por el Comité Olímpico Internacional, publicado por el diario El País el 13 de diciembre de 1999, y que ocupaba toda una plana menos el faldón inferior de publicidad (imagen 1). El formato físico era una fotocopia del texto original, en escala 1:1 y formato A3. Se eligió este formato y esta escala para reproducir con la mayor fidelidad el tamaño de columna empleado por El País. Una reducción del formato de las copias habría alterado las condiciones de la lectura. A este respecto cabe recordar que El País emplea una anchura de columna de aproximadamente 10 cíceros. En sus textos, el citado diario emplea la letra Times a un tamaño de 9,3 puntos y con un interlineado de 9,5.

Al otro grupo que tomó parte en el experimento, formado por veintiún componentes, se le puso delante de un ordenador Apple Macintosh LC II de pantalla de catorce pulgadas en color. En la pantalla aparecía el mismo texto relativo al COI, pero esta vez obtenido de la edición digital del mencionado periódico. A fin de buscar la mayor homegeneidad posible, el texto de todas las pantallas estaba en el cuerpo 12 de la letra Times, una de las más usuales en las ediciones digitales; ya que, no en vano, se trata de la tipografía empleada por defecto en la mayoría de los navegadores de Internet.

A ambos grupos se les dieron dos minutos de tiempo para la lectura del texto que tenían asignado. La longitud del texto estaba calculada para que ningún alumno pudiese concluir su lectura antes de que se cumpliera el plazo de tiempo asignado para la misma. Sin embargo, los estudiantes no sabían previamente cuánto tiempo se les iba a conceder, ni que, al finalizar éste, se les fuera a entregar un breve cuestionario. Al cumplirse los dos minutos, se pidió a los alumnos que subrayaran la última línea que habían llegado a leer (en el caso de la lectura en ordenador escribieron las últimas palabras leídas). Seguidamente, se les invitó a responder a tres preguntas sobre el contenido del texto. Todas las cuestiones se referían a hechos explicados en los primeros párrafos de la información. De esta forma, se pretendía asegurar que las respuestas en blanco o incorrectas no fuesen debidas a que el alumno no había llegado a leer una determinada parte del texto.

La primera tabla muestra los resultados obtenidos. En las primeras cuatro columnas se detallan los caracteres leídos por cada alumno y la cantidad de respuestas correctas dadas (de 0 a 3) en cada uno de los dos soportes. No obstante, con el fin de poder comparar entre sí datos tan dispersos como son la cantidad de caracteres leídos, se decidió realizar una recodificación de dichos elementos. En ella, los valores se agruparon en torno a cuatro grandes ejes: Los que habían leídos menos de 2.000 caracteres, los que lo habían hecho entre 2.000 y 2.500, los que se encontraban en el intervalo de 2.500 y 3.000; y, por último, los que superaron los 3.000 caracteres. De esta modo, fue posible realizar valoraciones y mediciones más expresivas entre los dos grupos de estudio. Estos datos son los que completan la quinta y sexta columna de la primera tabla adjunta.

Las siguientes dos tablas engloban los datos más significativos del estudio. Sorprendentemente, los alumnos que han leído en pantalla no sólo no muestran valores peores que sus compañeros que lo han hecho sobre papel, sino que son, incluso, un 8,3% mejores de media en cuanto al número de caracteres leídos. Pero, ateniéndonos a un dato tan básico como es la media, también en el número de respuestas correctas se produce un resultado inesperado de todo punto: la comprensión en pantalla también es superior a la que se produce en papel. Si, sobre tres respuestas correctas posibles los del grupo de pantalla contestaron a 1,67, los de papel se quedaron en una única respuesta de media.

El siguiente dato a resaltar es la desviación típica, esto es, la distancia media que separa un elemento de la muestra elegido al azar del punto central. La menor desviación típica en pantalla con respecto a los caracteres leídos en soporte papel aporta un elemento novedoso: la dispersión es menor en los resultados de la pantalla. Los alumnos sentados delante de su ordenador han obtenido unos resultados más homogéneos que sus compañeros. Y la diferencia resulta notable, una desviación típica de 359 caracteres frente a 567.

La diferencia entre el percentil 25 y el 75 de la lectura en pantalla es de 280 caracteres. Mientras que la misma cifra en el otro grupo de alumnos es de 650. Esta notable diferencia subraya la mayor homogeneidad de la lectura enfrente del ordenador. Hay que tener en consideración que en el dato de los percentiles la homogeneidad manifiesta no se circunscribe a la cantidad leída, sino que también abarca a las respuestas acertadas. Del mismo modo, la diferencia del percentil 75 y 25 es digna de tener en cuenta en el caso de las respuestas correctas: dos en papel frente a uno en pantalla.

Siguiendo la tónica de los resultados obtenidos al calcular la media, todos los percentiles de lectura sobre papel son más bajos que sus homónimos delante del monitor.

En la tabla de frecuencia de los caracteres leídos se ha utilizado la recodificación anteriormente mencionada. De esta manera, se han dividido los resultados en cuatro grandes grupos por medio de los que poder hacer comparaciones.
*Existen varias modas. Se muestra el menor de los valores.

Las diferencias anteriormente apuntadas quedan aquí recogidas de un modo gráfico. No hay más que observar el diagrama de barras para comprobar que en su mayor parte, los alumnos que han participado en el experimento leyendo sobre el soporte papel se encuentran entre el primer y segundo intervalo, mientras que sus compañeros están, mayoritariamente entre el tercero y cuarto. Los sujetos se concentran en torno a dos grandes ejes, el intervalo segundo en el caso de los de papel (2.000-2.500) y el tercero en el caso de los de pantalla (2.500-3.000).

De una forma casi mimética se pueden extrapolar los datos obtenidos anteriormente en cuanto a cantidad de lectura con los obtenidos por la calidad de esa lectura, esto es, con los resultados satisfactorios en el escueto cuestionario. La única gran diferencia está en el significativo porcentaje de alumnos (35%) que han leído sobre papel y que no han sido capaces de responder a una sola pregunta.

De nuevo en el gráfico se aprecia que los valores giran en torno a dos valores. Por un lado, los de la versión en papel: éstos o bien no responden a nada o lo hacen únicamente a una pregunta (ambos con el 35%); y por el otro lado, los que han leído sobre el monitor de los que más de la mitad (52%) alcanza la cota de dos respuestas. Por otra parte, los alumnos que han respondido correctamente a tres preguntas son tres veces más en el caso de los que han leído en el monitor del ordenador.

Por último, se han realizado dos cálculos más. La Prueba t de Student nos aporta una significación bilateral al 99% de fiabilidad -la mayor que se puede lograr- que la distribución de los resultados obtenidos no puede deberse al azar, sino que obedece a una distribución concreta. El intervalo de confianza indica, al 95% de fiabilidad, que, si se elige un resultado al azar entre qué dos valores se encontrará.

El intervalo de confianza es más estrecho en el caso de la lectura sobre pantalla en ambos casos, lo que vuelve a corroborar la homogeneidad de los resultados de lectura delante del ordenador. Además, el hecho de que la lectura en monitor sea superior en valor tanto por su extremo inferior como superior resalta que los resultados en este soporte han sido mejores que los equivalentes de papel.

En resumen, todas las pruebas efectuadas indican que la lectura en pantalla, en contra de lo que arguyen otros estudios anteriores, permite una mayor cantidad de caracteres leídos y una mayor comprensión de los mismos. Además, los resultados son más compactos en el caso de los lectores en el monitor, que se comportan de un modo más homogéneo. No hay tantas divergencias entre los alumnos con resultados más elevados y los que han tenido unos valores más pobres, como ocurre en la lectura tradicional en la que las diferencias en este sentido son muy significativas.

2. Los géneros en la prensa digital

En la actualidad no existen dudas acerca de la importancia que tiene el canal que se va a utilizar para la difusión de los mensajes como elemento determinante a la hora de trabajar con unas u otras estructuras informativas.

El periodismo televisivo es un periodismo de imágenes, por lo que las estructuras textuales se complementan en el mejor de los casos o se supeditan al elemento gráfico, que es el determinante. Los géneros periodísticos se han adecuado a esta realidad. Así en el periodismo televisivo pueden encontrar acomodo fundamentalmente los géneros informativos; es decir, la información o noticia, pero con características textuales específicas: textos breves, supeditados a la imagen y, en muchos casos, complementándola o explicándola.

También han encontrado acomodo otros géneros interpretativos, pero sin la profundidad con la que se pueden tratar en otros canales. La crónica tiene su vigencia, pero se trata de una crónica breve, con un escaso soporte argumental, por no decir, en ocasiones, superficial.

El reportaje ha encontrado su espacio en programaciones especiales dedicadas expresamente a profundizar en los temas, pero no tiene su sitio en un informativo diario habitual, marcado por la prisa y la funcionalidad.

Los reportajes, en todas y cada una de sus variantes: informes, o los mismos reportajes de investigación, han salido de los espacios informativos diarios para ubicarse en espacios al uso. No puede ser, además, de otra manera. Exigen tiempo de elaboración y de interpretación por parte del televidente. Esfuerzo y tiempo de elaboración y de interpretación.

Además, los temas tratados en profundidad incrementan los costes de producción, lo que ha provocado un descenso en su aparición. Una disminución que, en ocasiones, no se corresponde con su grado de interés, ya que, habitualmente, el público muestra su atracción hacia los buenos temas tratados con profundidad.

Con las entrevistas sucede exactamente igual. Han abandonado los espacios estrictamente informativos para ser tratadas en espacios especiales dedicadas a ellas.

Los géneros estrictamente de opinión han tenido apariciones esporádicas en los medios televisivos, pero sin asentarse definitivamente. Las columnas de opinión aparecen y desaparecen del universo periodístico y han tenido tiempo atrás mayor vigencia con los informativos de editor, hoy en día, quizás circunstancialmente, en claro retroceso.

Por lo demás, en este apartado de la opinión han irrumpido con fuerza las tertulias, un género de opinión característico y específico de los canales televisivos y radiofónicos.

Los géneros periodísticos, así, se han ido acomodando a los canales de difusión. Nuevas estructuras textuales, nuevos géneros cada vez más pujantes que han provocado el declive de otros etc. Una nueva forma de hacer periodismo marcada por el canal utilizado para la difusión.

Otro tanto podemos decir de los géneros radiofónicos. Si el periodismo televisivo es el periodismo de la imagen el periodismo radiofónico es el periodismo de voz en off dirigido a personas que habitualmente se encuentran en movimiento. Un susurro dirigido a radioyentes que desarrollan simultáneamente otras tareas o que se están trasladando de un lugar a otro. Un canal peculiar que exige también una forma diferente de hacer información periodística.

También los géneros periodísticos, en todas y cada una de sus variantes más importantes, se han ido acomodando a este espacial canal que exige exclusivamente la atención auditiva.

Por su parte la prensa escrita ha sido y es el canal de la profundidad. Es el espacio idóneo para las estructuras textuales y los recursos lingüísticos. Calidad, profundidad, expresividad lingüística, experimentación narrativa y textual, etc. En definitiva, el enriquecimiento de los recursos lingüísticos y de las formas de expresión y comunicación tienen su espacio muy singular en las páginas de la prensa escrita.

También es un lugar apropiado para las estructuras externas de la información: Tensión decreciente o pirámide invertida, estructuras homéricas o nestorianas, suspense sostenido o tensión creciente, etc.

Un periodismo que ya ha sufrido importantes cambios en los últimos años. Unas transformaciones marcadas por los textos tratados en profundidad, con interpretaciones y análisis; textos de periodismo de servicios que ofrecen una ayuda al lector; informaciones complementadas con textos biográficos y de antecedentes que vinculan los hechos con otros sucedidos simultáneamente o con anterioridad.

Textos que han vivido el auge del periodismo de columna a través de grandes columnistas que han elevado este género a las cotas más altas de los últimos decenios de la prensa escrita.

En los textos periodísticos difundidos a través del papel prensa, los lectores pueden profundizar con rapidez en las entrañas de los temas. De ahí que la práctica totalidad de los géneros periodísticos &endash;desde la perspectiva de sus características textuales- hayan encontrado un perfecto acomodo en las páginas diarias de los medios de comunicación.

Estamos, pues, ante unos géneros, una forma de contar historias, que con el paso del tiempo se han ido acomodando a los canales de difusión. Unos canales que han contribuido en ocasiones a desarrollar unos géneros, y, en otras, a postergarlos o condenarlos por no haber encontrado un vehículo eficaz para la comunicación.

Existe pues una relación estrecha entre los géneros periodísticos y los canales de comunicación. Con los nuevos canales los géneros se han mezclado y enriquecido. Unos se desarrollan y otros se estancan momentáneamente para surgir de nuevo y luego desaparecer. Han aparecido géneros nuevos adecuados a cada canal de difusión. Un mestizaje enriquecedor que posibilita nuevas formas para contar historias al público, con unos periodistas que cada vez poseen más instrumentos a su disposición.

2.1. Periodismo digital: Información y centro de comunicación

El periodismo digital es todavía incipiente, de ahí que sea prematuro aún hacer un estudio profundo sobre la posible evolución de los géneros periodísticos en los diarios digitales. En cualquier caso, sí existen en la actualidad unas referencias suficientes para observar el desarrollo actual de los géneros y hacer algunas hipótesis sobre las posibles evoluciones futuras.

En el periodismo digital nos encontramos con la pantalla como marco visual. Se trata de un obstáculo similar al que puede tener el objetivo de la cámara fotográfica o la pantalla en la información televisiva. Un marco estrecho que obliga a observar las informaciones de forma aislada, excesivamente cerrada, con lo que los lectores pierden perspectiva de generalidad y globalidad, así como la vinculación entre las diversas partes que aparecen en una información.

Si en la fotografía lo que no aparece en el ángulo visual que ofrece el objetivo no existe, o la pantalla televisiva encierra lo que el público puede ver, de tal forma que lo que se sitúa fuera del encuadre es como si no existiera, en el periodismo digital sucede algo similar.

Es más, el periodismo digital carece &endash;por ahora&endash; de la virtualidad de la televisión -que ofrece imágenes dinámicas de gran calidad- aunque utiliza su mismo instrumento (una pantalla) y también carece de la virtualidad de la prensa escrita porque utiliza un espacio cerrado mucho más limitado que las páginas de un periódico editado en papel prensa.

Nos encontramos, pues, ante un nuevo canal para la difusión de textos periodísticos que exigirá, en un futuro inmediato, un gran esfuerzo para acomodar los textos a este nuevo medio de difusión.

Para el eficaz desarrollo del periodismo digital no es suficiente con que los medios de comunicación se dediquen a ìvolcarî los textos escritos para la prensa, radio o televisión en este nuevo canal.

Los nuevos textos periodísticos, los nuevos géneros pensados para el periodismo digital, deberán modificar sus estructuras textuales para conseguir una perfecta sintonía entre estructura textual y canal de comunicación, tal y como históricamente ha sucedido con otros canales de comunicación.

Esta limitación del espacio visual provoca serias dificultades iniciales para el desarrollo del periodismo digital. Un desarrollo que incluya un tratamiento periodístico eficaz de los géneros periodísticos que tratan los medios ìconvencionalesî.

Las limitaciones derivan de algunos obstáculos que han sido estudiados por otros autores y que podemos sintetizar en los siguientes:

El lector de un periódico digital dedica un tiempo máximo de 7 minutos. En la prensa escrita se calcula que el promedio oscila alrededor de los 20 minutos.

El lector, cuando accede a una página digital, desconoce la amplitud de un texto que está enmarcado en un tope máximo de unas 25 líneas. Si el texto es más amplio el resto permanece oculto por la pantalla.

El aspecto más importante para el desarrollo de estos géneros a través de este nuevo canal es la necesidad de trabajar con textos más reducidos. La extensión óptima sería de 25 líneas aproximadamente; es decir, la información que puede completar una pantalla de un monitor normal de 24 pulgadas.

Desde esta consideración, no existe ninguna dificultad añadida para construir textos informativos pequeños o trabajar en el periodismo digital los géneros de opinión en todas y sus múltiples variantes: editorial, glosa de opinión, columna, artículo de opinión, cartas al director, etc. Se trata de textos que por su limitada extensión pueden aparecer en las 25 líneas que aproximadamente caben en una pantalla.

Por lo que respecta a los géneros que trabajan los temas en profundidad: informaciones profundas y detalladas, informaciones interpretativas, crónicas, reportajes, entrevistas, etc…, en todas y cada una de sus variantes, exigen, necesariamente, la descomposición del texto en partes (recuadros de apoyo o despieces) también de una longitud máxima de 25 líneas y que sirven de complemento a la información central.

Esta descomposición textual en partes complementarias exige la creación de un texto matriz (texto fundamental o central) considerado como la unidad informativa básica (recoge los elementos esenciales de la globalidad del texto), pero también entendido como un instrumento de intercomunicación interna entre el elemento central y los textos que lo circundan y complementan. Es decir, una puerta de enlace del texto central con los despieces, a través de unos contactos radiales conectados a través de links.

En tanto que defendemos esta visión de globalidad de texto central como elemento informativo básico y como centro de intercomunicación con los textos circundantes, entendemos que el texto central deberá dotarse de todos los elementos conectores que precise –links– para una intercomunicación rápida con los textos que lo complementan.

La utilización de este nuevo canal (periodismo digital) para la difusión de textos periodísticos obliga necesariamente a adecuar los géneros y modificar sus estructuras, mucho más allá de los simples volcados de información que es lo que realizan en la actualidad la mayoría de los medios de comunicación con ediciones digitales.

Esta nueva visión de globalidad que aquí estamos defendiendo obligará a:
-La utilización de titulares eminentemente informativos que describen la acción principal de forma singularizada a través de una oración simple.
-La creación de un texto matriz en el que se recogen los elementos esenciales de la información, de forma similar a lo que hace en la actualidad un texto periodístico tradicional que utiliza como soporte la prensa escrita.
-La sustitución de las entradillas, entendidas como resúmenes de la información por sumarios –links- que recogen los elementos más importantes de una noticia y permiten, al mismo tiempo, conectar con los despieces en los que se desarrollan los complementos del texto central.
-La descomposición del texto en varios despieces, tantos como giros informativos incluya la información, de un máximo de 25 líneas, para que su lectura pueda llevarse a cabo en su totalidad sin necesidad de utilizar las barras de desplazamiento.
Sobre las características textuales externas de la información central, podemos decir que todo apunta a que lo más adecuado sea utilizar la pirámide invertida, principalmente por su gran funcionalidad a la hora de exponer en tensión decreciente los elementos básicos de la información.
Sin embargo, pensamos que no obligatoriamente deberán utilizarse estructuras cerradas para la composición del texto. El requisito básico deberá ser que recoja los elementos centrales de la información. La estructura externa podrá acomodarse a esa función de eficaz información.
El periodismo digital ofrece una nueva posibilidad de hacer periodismo. Los nuevos periodistas tienen en sus manos un nuevo instrumento para la comunicación que será tanto más eficaz en tanto que seamos capaces de adecuar las estructuras textuales periodísticas a este canal de comunicación

3. Aspectos formales de la prensa digital

El diseño de los primeros diarios digitales era una mera traslación a la pantalla de los criterios empleados en las ediciones en papel. Esto ha ido evolucionando a medida que se ha desarrollado un software capaz de aportar al nuevo entorno de la red un lenguaje más propio de la cultura audiovisual imperante en el mundo de la comunicación estas últimas décadas. De las primitivos métodos de construcción de las páginas web, basados en las primeras versiones del lenguaje HTML; se ha ido avanzando hacia diseños más sofisticados apoyados en el HTML dinámico, o DHTML, así como en la aparición de nuevas e intuitivas herramientas que han servido para facilitar enormemente tanto la elaboración como el posterior volcado en la red de este tipo de publicaciones.

Las dificultades con las que se encontraban los primeros artesanos online se han visto superadas por la aparición de editores WYSYWYG que por medio de sencillas operaciones informáticas dan la posibilidad de elaborar una website sin necesidad de dominar todos los recursos del lenguaje HTML. De todos modos, es necesario subrayar que para crear una site bien estructurada y con una buena fachada es necesario una importante dosis de buen gusto, conocer el funcionamiento de la red y tener cierto bagaje en estas lides. Y si además deseamos destacarnos sobre la competencia será necesario emplear complementos multimedia e interactivos que nos facilitan las tecnología Flash, ShockWave, Java, JavaScript, ActiveX, etc.

Entre los avances que pueden transformar el concepto de diseño digital hay que mencionar el nuevo lenguaje XML (eXtensible Markup Language), llamado a ir complementando progresivamente al HTML, gracias al cual el control de los diseñadores sobre los diferentes elementos de sus páginas va a ser mayor. Uno de los retos futuros es el control sobre la tipografía de la página. La tipografía, principal seña de identidad de los diarios en papel, ha venido constituyendo una de las mayores limitaciones a la hora de configurar el aspecto de las páginas online de los diarios digitales. Es previsible que el incremento del control sobre el aspecto final de la tipografía por parte de los diseñadores sea una de las mejoras en el desarrollo de nuevos lenguajes para la red.

El paso de las primeros diarios digitales a lo que en la actualidad nos encontramos en la red ha sido progresivo y ha estado marcado por varios factores decisivos: el enlace hipertextual, el carácter interactivo de la nueva comunicación y el progresivo aumento del sentido de servicio que ha ido tomando la información. El Internauta actual no se limita a buscar información, sino que toma parte en los chats, en los foros de debate, apoya con su voto alguna de las opciones que le plantea la encuesta de turno, accede a las tiendas virtuales para adquirir aquello que le interesa o se comunica de forma inmediata por medio del correo electrónico.


Uno de los elementos del lenguaje HTML que ayuda a romper de forma más espectacular la clásica estructuración de la superficie de lectura empleada por los diarios de papel, es el empleo de los marcos en la construcción de la website. Los marcos o frames están destinados a crear una zona estática en la pantalla. En el resto de la superficie de la página se visualizan los contenidos de forma cambiante a medida que se activan los enlaces o links que encontramos en el marco fijo. Cada uno de estos marcos puede disponer de una barra de desplazamiento o scroll, a través de la cual aflorará la parte oculta de la página.

Aquí nos hallamos ante uno de los cambios más notable con respecto a la estructuración de los diarios tradicionales. En el papel toda la noticia estaba a la vista, ahora, sin embargo, buena parte de la información se halla oculta y sólo aparece al activar las barras de desplazamiento. Con respecto a este tema hay posiciones encontradas. Algunos opinan que es mejor no emplear las barras y reducir el tamaño de las noticias a la superficie de la pantalla, troceando la información en diversos fragmentos a los que es posible acceder a través de enlaces hipertextuales. Este mismo sistema valdría para evitar los clásicos despieces incluidos en las propias informaciones; sería suficiente pues, con incluir un sumario que hiciera de puente con el contenido del despiece.

Lo mismo puede hacerse también con cualquier otro elemento informativo complementario. Ya no es necesario, por ejemplo, dar la biografía de un determinado personaje, es suficiente con establecer un enlace con una base de datos a la que es posible acceder de modo inmediato.

Por medio de este sistema de links es posible también establecer enlaces entre las diversas partes del texto en informaciones de una cierta extensión. Así, se puede acceder desde el lead inicial hasta uno de los últimos párrafos del bloque de texto, haciendo click en los elementos de anclaje o anchors. Se trata, en definitiva, de ofrecer la posibilidad de una lectura a saltos al internauta al que no le interese realizar un recorrido exhastivo a lo largo de todo el texto.

Vemos, pues, que todos estos nuevos elementos del diseño online cambian radicalmente los criterios clásicos de jerarquización y de distribución espacial de los diarios en papel. En las ediciones digitales desaparece la competencia entre las informaciones que en el papel debían de compartir un espacio físico común. Con ello cada noticia es tratada como una unidad informativa independiente. De este modo, el lector recibe el mensaje sin los referentes de contextualización que le ofrece la presentación “global” del modelo de papel.

La mayor parte de los diarios digitales presentes en la red apenas utilizan sistemas de jerarquización informativa. En general, éstos se reducen al orden de presentación en la homepage, es decir, a una valoración secuencial. En muchos casos se destaca la información de apertura sobre las demás presentándola en primer lugar, en ocasiones, con una titulación más destacada acompañada de un resumen de varias líneas (El País Digital). Algunos optan por incluir una fotografía que, en ciertos casos, refuerza el peso de la noticia de apertura y en otros, muestra una de las imágenes más significativas del día.

Con todo ello, el periodista pierde algunos de los clásicos elementos denotativos extratextuales que le ofrece el diseño clásico, como la ubicación espacial, la superficie o número de columnas que ocupa, la inclusión de uno o más elementos gráficos, el tamaño y la variedad tipográfica de la titulación, etc. Se produce, pues, una mayor “horizontalidad” en el sistema de valoración que realiza el medio informativo. De todos modos, no debemos interpretar que esta pérdida de referentes redunda en perjuicio del proceso comunicativo. En cualquier caso, uno de los clásicos sistemas de transmisión de ideología verá mermadas algunas de sus capacidades.

Se está produciendo, a nuestro modo de ver, el lógico cambio de códigos que acompaña a una variación en el sistema de comunicación de datos. Creemos que el periodismo online está aun dando sus primeros pasos y que desaparecerán muchos de sus parámetros clásicos, dando lugar a otros nuevos, con un número infinitamente superior de recursos, a una velocidad inusitada, que en muchos casos se producirá en tiempo real. Uno de sus retos inmediatos será el poder presentar comunicación multimedia en la oferta diaria de información, produciéndose un proceso de convergencia de medios que transformará el clásico discurso informativo. Algo que en el ámbito de la información especializada ya se ofrece en la red desde hace varios años. Un ejemplo de ello lo constituye la revista Bitniks a través de su página NetDiario (www.bitniks.es). Esta publicación nace para el aprovechamiento de todos los recursos que ofrece la red, presentando sus contenidos en forma de texto, video, audio y animación. Se trata de una website dedicada la cibercultura, en la que desde la información textual se accede a los contenidos de las noticias, es decir, si se habla de un grupo musical, se pueden escuchar sus canciones; si se trata de una película, se puede ver un fragmento de la misma y si se presenta un juego puede ser probado. Otro interesante ejemplo de utilización del multimedia en una página web informativa lo tenemos en la Gazeta Dixital (htt: ://ds.cesga.es:8800/GacetaDixital) que edita el Departamento de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Santiago, en la que de forma experimental se combina el texto con sonidos y vídeos.

En el proceso de evolución del diseño de las websites se ha producido, al igual que como ha sucedido en el papel, un proceso de homogeneización. En general, se ha optado por un modelo estandarizado que permite diversas variantes. Casi todos los diarios que podemos encontrar en la red están estructurados por una parte estática compuesta por dos o tres marcos que rodean a una parte central cambiante. En muchos casos la cabecera de la publicación se ubica en un marco superior. En la parte izquierda se localiza el segundo frame con diversos links que enlazan con las diversas secciones y servicios. En ocasiones, las secciones aparecen bajo la cabecera y también al final de la página. En la parte central se presentan los titulares de las noticias más importantes del día presentados uno detrás de otro separados por unos pequeños espacios. Cada uno de estos títulos es un enlace hipertextual que al activarlo muestra la información desarrollada. Estas informaciones, a su vez, están encadenadas con otrás más o con una base de datos que ofrece contenidos complementarios.

El carácter de periodismo de servicio que poco a poco se viene imponiendo en el papel adquiere una importancia crucial en los diarios digitales. Ya no se trata de llegar al público en general sino a un internauta determinado que además reclama información especializada y personalizada. Cada día es mayor el número de websites que ofertan noticias “a la carta” y, además, de modo gratuito, a través del correo electrónico. En este campo se producirá otro de los retos importantes de los futuros medios de comunicación online. Tras conocer los gustos de cada lector, se podrá personalizar un diario digital para que realice una criba y ofrezca sólo aquella información que interesa al receptor.

A pesar de que casi todos los diarios digitales presentes en la red son deficitarios, la mayor parte de los rotativos convencionales cuenta con ediciones online. La inversión inicial tampoco parece excesiva si no se ambiciona demasiado y esto anima incluso a los más modestos a plantarse codo con codo junto a los más poderosos. Lógicamente, en muchos casos sólo se cuenta con una persona para proceder a un simple volcado a la red de los contenidos en papel, mientras que existen también redacciones formadas por varias decenas de personas que trabajan exclusivamente para Internet. No se puede, pues, esperar la misma calidad en unos y otros casos.

Los empresarios del sector actúan de modo muy cauto y no se atreven a hacer grandes inversiones hasta ver el futuro con más claridad. Muchos de ellos intuyen que a pesar del carácter gratuito de las publicaciones digitales, la publicidad, los servicios de pago y la venta de las tiendas virtuales pueda generar beneficios en un futuro no muy lejano.

De momento, el reclamo publicitario más importante lo constituyen los banners que en la mayor parte de los casos aparecen en el marco superior, junto a la cabecera de la publicación. En esta colocación de la publicidad se puede establecer cierto paralelismo con lo que ocurría antiguamente en la prensa, en donde era muy frecuente que los reclamos comerciales (o incluso las esquelas) se ubicasen “abriendo” la página. Sólo contadas publicaciones digitales, como El País Digital, relegan al final de la publicación el espacio dedicado a la publicidad, lo que, de alguna manera, demuestra un mayor respeto por la información que por la publicidad que podría pagar dicha información. En general, la influencia de los banners en el diseño conjunto de la página es notoria por la superficie y lugar destacado que ocupan y por ofrecer imágenes en movimiento con colores vivos que destacan del resto de los elementos.

4. Conclusiones

Aunque diversos estudios –Nielsen, García, Rich…– insisten en la desventaja de la lectura sobre soporte electrónico, con respecto a la realizada sobre el tradicional diario en papel; resulta, cuando menos, dudoso que dichas limitaciones sean tales para los jóvenes lectores de la generación del “Game boy”; es decir, para aquellos potenciales consumidores de información, acostumbrados a la presencia de un ordenador en sus hogares y para quienes la lectura en una pantalla resulta tan familiar como el realizarla sobre el papel. El estudio efectuado con los alumnos del primer curso –18 años– de las licenciaturas de Periodismo y Publicidad nos muestra que la pantalla no es por sí misma ni un freno a la velocidad de lectura ni a la comprensión del texto que se lee. La supuesta mayor incomodidad de la pantalla podría verse compensada por la exigencia de un mayor nivel de concentración en la lectura; lo que podría explicar los mejores ratios de comprensibilidad obtenidos por los lectores digitales.

Las actuales limitaciones de la información en soporte digital podrían estar más bien derivadas de la falta de un lenguaje propio para el nuevo medio que de sus características técnicas. Al igual que sucedió en los primeros tiempos de la radio respecto a la prensa, y en los albores de la televisión en relación a la radio; cabe pensar que en el caso de la prensa digital, probablemente, nos encontremos en un primer estadio en el que el volcado de los textos de las ediciones en papel continúa siendo la operación más habitual. Las limitaciones técnicas todavía existentes hacen que en, una gran medida, periodismo digital sea sinónimo de prensa escrita digital; habida cuenta de que el soporte audiovisual sea aún incapaz de ofrecer un aceptable nivel de calidad para el usuario medio de Internet. Incluso la radio en la red (único medio que, de momento, ha hecho frente a la prensa digital) no ha superado aún la total dependencia de su referente a través de las ondas, ya que se limita a reproducir por Internet los mismos contenidos y linealidad sin explorar otra fórmulas, como una posible ruptura de la secuencialidad.


Naturalmente, en el citado volcado de textos no se tiene en cuenta las diferencias específicas de dichos soportes; entre otros, el limitado número de titulares y líneas de texto que entran en una pantalla, la descontextualización de las distintas informaciones que aparecen como elementos aislados y sin relación con otros temas de cercanía temática o geográfica, o las dificultades para establecer una jerarquización de la importancia informativa de los distintos temas.

En la pantalla del ordenador entra en juego un concepto importado de los medios audiovisuales: el encuadre. Lo que no entra en la pantalla no se vé; a no ser que recurramos a las barras de desplazamiento. Sin embargo, autores como Van Oostendorp y Van Nimwegen (1999) y otros se encargan en destacar la poca predisposición de los lectores a abusar de los scrolls. La alternativa a los mismos: textos más breves con abundantes enlaces hacia textos de contexto, despieces, posibles ladillos, etc…; convierten el texto informativo no únicamente en un relato de unos determinados hechos; sino en el umbral de entrada hacia otros textos e informaciones que, incluso, pueden estar ubicados en cualquier otro lugar de la red.

Referencias Bibliográficas

Armentia/Elexgaray/Perez (1999). Diseño y periodismo electrónico. UPV-EHU, Leioa.
Gago, M. (1999). “Qué ha sido de la pirámide invertida? Una aproximación a la investigación sobre géneros periodísticos en los medios electrónicos”. Comunicación presentada en el III Congreso de investigadores audiovisuales (Madrid , 10-12 de noviembre de 1999).
Garcia, M. (1997). Redesigning Print for the Web. Hayden Books, Indianapolis, USA.
Garcia, M. and Stark, P. (1991). Eyes on the News. The Poynter Institute for Media Studies, St. Petesburg, USA.
Lynch, P. And Horton, S. (1999). Web Style Guide: Basic Design Principles for Creating Web Sites. Yale Univ. Pr., USA.
Nielsen, J. (1999). Designing Web Usability: The Practice of Simplicity. New Riders Publishing. USA.
(Junio 1996). “Inverted Pyramids in Cyberspace”. In http:// www.useit.com/alertbox/9606.html
(Marzo 1997). “Be Succinct! (Writing for the Web)”. In http:// www.useit.com/alertbox/9703b.html
(Enero 1999) “Differences Between Print Design and Web Design”. In http:// www.useti.com/alertbox/990124.html
(Enero 2000) “The top Ten New Mistakes of Web Design”. In http:// www.useti.com/alertbox/990530.html.
Orihuela, J.L. y Santos, M.L. (1999). Introducción al diseño digital. Anaya, Madrid.
Rich, C. (1999). Newswreting for the Web. In http://members.aol.com/ crich13.
Van Osstendrop, H, y Van Niemwegen, C. (1998). Locating Information in an Online Newspaper. In http://www.ascusc.org/jcmc/vol4(issue1/oostendorp.html

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