Radio Nacional de España




martes, 16 de octubre de 2007

La propaganda para las presidenciales de EEUU supera los 2.000 millones sólo en televisión


ELMUNDO.ES
WASHINGTON.- La propaganda política en la televisión estadounidense supondrá de cara a las elecciones de 2008 un gasto de 3.000 millones de dólares (más de 2.100 millones de euros), según los datos del gestor de publicidad y márketing TNS Media Intelligence recogidos por la CNN.
La carrera al Despacho Oval, la promoción de los sindicatos y la defensa ante la opinión pública del pensamiento de ciertos grupos de poder han sido los promotores del histórico dispendio propagandístico realizado entre este año y el próximo.
Según recoge el canal estadounidense, los 3.000 millones de dólares superan con creces los 1.700 millones gastados en televisión en el ciclo electoral de 2004 y los 2.300 millones utilizados en 2006.
Todos los aspirantes a un cargo político, desde una oficina local a un puesto estatal, han puesto la carne en el asador dado que los costes de los anuncios televisivos se han reducido, gastando más y más, según señala Evan Tracey, responsable del estudio.
Las elecciones presidenciales supondrán en total entre 400 y 460 millones de dólares en promoción hecha por los aspirantes; entre 150 y 175 millones de dólares por los propios partidos; y entre 100 y 140 millones de dólares de gasto acometido por personas y entidades independientes.
Entre enero y octubre de este año, el aspirante a la presidencia que más ha gastado ha sido Mitt Rommey (republicano), con 8,5 millones de dólares utilizados. A él le siguen hasta cinco demócratas, entre los que destacan Barack Obama (2,3 millones de dólares), Bill Richardson (1,9 millones) y Hillary Clinton (1,3 millones).
El alto precio de unos ideales
En los primeros nueve meses de este año, la defensa de asuntos públicos como la Guerra de Iraq o la reforma del mercado de telecomunicaciones han supuesto unos 270 millones de dólares de gasto. De ellos, 60 millones han ido destinados a defender la sanidad privada.
"Los políticos están totalmente pendientes de la actualidad", afirma Tracey. "Los sucesos determinarán cuánto es gastado, dónde y cuándo", señala.
Lo cierto es que los votantes recibirán "cientos y cientos" de mensajes, según el analísta político Stuart Rothenberg, quien dice que tanta información "diluirá su importancia", de modo que los anuncios tendrán que ser "realmente buenos" para destacar entre tanto "ruido".

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