Radio Nacional de España




sábado, 24 de marzo de 2007

FUENTES DEL PERIODISMO CIENTÍFICO

Por Sebastián Musso*
sebastianmusso@cielosur.com

En su libro “Periodismo Científico”, Manuel Calvo Hernando hace una clasificación de las fuentes del periodismo científico, no son las únicas desde luego, en cada una de ellas, al explicarlas intentaré sumar algunas otras que creo pueden ser de utilidad:

1. AGENCIAS DE NOTICIAS.
2. UNIVERSIDADES, CENTRO DE INVESTIGACIÓN E INVESTIGADORES.
3. ORGANISMOS INTERNACIONALES, EMBAJADAS, EMPRESAS.
4. LIBROS Y REVISTAS.
5. BIBLIOTECAS Y BASES DE DATOS.

¿AGENCIAS DE NOTICIAS O PORFESIONALES LOCALES?

Para el caso de las agencias de noticias en temas científicos deberíamos saber que no siempre la información que desde aquí se toma es fehaciente, en muchos casos los errores cometidos por los artículos de periódico y los informes radiales y televisivos tienen su origen en una transcripción casi exacta de estos contenidos. Igualmente el profesional del medio sabrá cuál agencia es más confiable en el tema y si no, luego de un par de errores, lo irá sabiendo. Estas fuentes deberían tomarse más que todo, como disparadores, para saber qué se está haciendo o que noticia ha surgido a nivel mundial y luego darle un tratamiento más pormenorizado utilizando otras fuentes.

Las agencias de noticias mostrarán solo las grandes investigaciones provenientes de los grandes centros de la investigación mundial. Por ejemplo en Mar del Plata, al leer los diarios, nos enteramos del descubrimiento de un cuerpo del Cinturón de Kuiper desde el Observatorio de La Silla, en Chile pero nada sabemos sobre los desarrollos tecnológicos que lleva adelante el INTEMA dependiente de la Facultad de Ingeniería de la ciudad. Poner más atención a los estudios cercanos al receptor de nuestros mensajes cumplirá muchas funciones importantes y descuidadas en la actualidad:

• Despertar su interés por la ciencia.

• Facilitarle la intención de ir a buscar más información. Si la nota se refiere a un centro en el Reino Unido no es probable que nuestro receptor siga la información, quizás si se trata de un estudio realizado a pocas cuadras de su casa se interese por contactarse con el Centro de Investigación y llegue, gracias a la labor periodística, a ser público de charlas, exposiciones o consultor de material más especializado.

• Entender la Ciencia como algo cercano. Muchos hoy todavía se asombran en mis conferencias cuando hago referencia a la cantidad y calidad de Ciencia Astronómica que se hace en nuestro país suponiendo que la misma es monopolio exclusivo de la NASA. Eso es desinformación y es culpa principal de los medios de comunicación.

Sobre investigadores, centros de investigación y universidades. Lo decía en el párrafo anterior, estos deberían ser la principal fuente de consulta de los profesionales del periodismo científico. Cabe aquí la posibilidad de ampliar el conjunto expuesto en su título, no solo los científicos propiamente dichos serán útiles como fuente, en muchas ciencias no existe el aficionado, de hecho un aficionado a la medicina que intentara tener la participación que tienen los astrónomos amateurs sería enjuiciado por práctica ilegal de la medicina y ciertamente no conozco centros de aficionados a la bioquímica, pero sí existen en casi todas las ciudades grandes del país (y en muchas chicas también) centros de amantes de la astronomía, de las plantas, protectores de animales, son personas cercanas a la ciencia y con un gran conocimiento sobre ella. Para el periodista pueden significar la ventaja de que su idioma sea más entendible y sus saberes complementarios (muchos de ellos serán médicos, ingenieros, docentes, amas de casa) darán una mirada diferente al tema tratado, enriqueciéndolo y colaborando con esa actividad de “traducción de la realidad científica” que le otorgamos al periodista científico.

ORGANISMOS INTERNACIONALES

Otra fuente posible, los organismos internacionales, las embajadas (o en el caso de las ciudades pequeñas consulados) y las empresas. Suelen ser por la función que desempeñan las entidades más abiertas ante las consultas. Para las empresas colaborar en una nota sobre temas de conocimiento asociado a su quehacer es una especie de publicidad muy bien vista y lo mejor de todo: gratis. Igualmente habrá que tener cuidado ya que nos topamos aquí con el problema de que el periódico, la revista, el canal de televisión o la emisora radial para la que el periodista científico trabaje es una empresa y los intereses de ésta pueden estar contrapuestos a la información que se está dando. Los organismos internacionales serán una fuente más neutral y muchas veces tendrán material ya impreso donde se difunden sus estudios de avanzada.

Aquí una reflexión sobre la tarea de búsqueda de información del periodista científico. En otras especialidades del periodismo la noticia se presenta súbitamente, en la mayoría de los casos si no es cubierta inmediatamente deja de ser noticia. En estos casos la producción debe hacerse con celeridad como principal característica. En el periodismo científico, al cual le atribuimos tantas dificultades en este trabajo las cosas se dan distinto. Los tiempos del PC se contagiarán de los de la ciencia. Una nota será noticia hoy y quizás, sea más noticia mañana cuando los datos que podamos aportar sean más relevantes. La cantidad de conocimiento producido en todas las ramas de la ciencia en un tiempo muy corto es inimaginable por lo que contamos con otra ventaja estratégica. ¿Cuál será la posibilidad de que habiendo elegido una investigación entre las millones que se realizan en el mundo al mismo tiempo el medio competidor elija la misma y produzca el informe antes que yo? La respuesta es casi nula. Salvo el descubrimiento azaroso (que no es tan frecuente como se lo presenta) al que hay que cubrir con inmediatez, el conocimiento científico se da en un proceso evolutivo, progresivo y con tiempos más que propicios para su mejor desarrollo en la divulgación.

Con las fuentes el PC, como cualquier otra rama del periodismo, busca mostrar credibilidad a sus dichos, la Organización Mundial de la Salud, el Organismo Internacional de Energía Atómica, el Laboratorio Europeo para la Física de Partículas o la Unión Astronómica Internacional mostrarán seriedad y respaldo al artículo publicado. Una tentación y una realidad tristemente observable: adjudicarle a estas fuentes investigaciones realizadas por autores de renombre menor o conjeturas del propio comunicador.

LIBROS Y REVISTAS

Hoy los libros no son una herramienta rápida de difusión del conocimiento, sí de profundización, pero no es la fuente más recomendable para la tarea periodística. Sí los libros serán una fuente de consulta permanente para ayudar a la capacidad analítica del propio comunicador. No se buscará la información en los libros pero ellos estarán cerca del periodista a la hora que este se enfrente a la actividad crítica de producción de la nota.

Las revistas serán mucho más útiles en este sentido. En la mayor parte de las veces los descubrimientos aparecen en innumerables artículos científicos antes que en el libro del propio autor (en todos los casos restantes ese autor nunca escribe un libro pero ineludiblemente hará papers con mayor frecuencia cuanto más grande sea su producción científica).

El periodista no familiarizado con los temas de la ciencia y la tecnología podrá confundir fácilmente revistas científicas con revistas de divulgación científica. Mientras las primeras están sujetas a la corrección de un tribunal altamente especializado y sus artículos inéditos están producidos por y pensados para profesionales de una determinada rama de la ciencia las segundas las escriben divulgadores para el gran público. No todos los periodistas científicos tendrán la capacidad para entender lo que en las revistas científicas se plantee pero estas son las verdaderas fuentes de su trabajo, en el caso de las revistas de divulgación serán, desde el punto de vista empresarial, sus competidoras. Los organismos científicos internacionales suelen tener casi en su totalidad boletines con noticias y expectativas de desarrollo. Las revistas más conocidas y probablemente más consultadas son: “Nature”, “Scientific American”, “Sciencie”, “The Lancet”, “National Geographic Magazine” o “La Recherche”.
Hasta los años ochenta las principales fuentes de información eran los testimonios directos de los científicos en referencia a los trabajos por ellos publicados (papers).

Hoy, referencias del Science Citation Index, señalan que el 30,8% de todos los artículos publicados por las principales revistas científicas correspondían a autores de los Estados Unidos, un 8,2% japoneses, del Reino Unido (7,9), Alemania (7,2), Francia (5,6), Canadá (4,3), Rusia (4,0), Italia (3,4) y así una lista que tiene en el siguiente orden a Holanda, Australia, España, Suecia, India hasta llegar a Brasil quien encabeza la lista de los países de América Latina con un 0,6% seguido por Argentina (0,35), México (0,33), Chile (0,17) y Venezuela (0,09).

Igualmente estos datos serán caprichosos, para incluirse en el SCI las revistas deberán publicar en inglés, o bien presentar resúmenes en ese idioma, asegurar periodicidad en la edición y pagar al Index la suma de 10.000 dólares anuales por suscripción. Pero la organización suele objetar la validez del comité de editores y revisores de las publicaciones si estos no son citados en otros artículos la cantidad de veces que se consideraría aconsejable para un científico de alto nivel. Mientras muy pocas revistas científicas de Latinoamérica se encuentran en este registro, las norteamericanas y algunas europeas parecen no tener tantos problemas para lograrlo.


Así surgió en 1994, durante el Primer Taller de Publicaciones Científicas en América Latina, el proyecto LATINDEX, impulsado por un equipo de la Universidad Nacional de México, UNAM y apoyado entre otras entidades internacionales por la UNESCO para mejorar la calidad, accesibilidad y visibilidad de las publicaciones latinoamericanas.

Por último, las revistas de divulgación como “Muy Interesante” o “Conozca Más” suelen moverse con objetivos de venta de sus ejemplares por lo que los temas tratados tienen más que ver con el marketing que con la ciencia. Es el caso de las notas sobre ufología o terapias alternativas poco comprobables en sus orígenes. Vende mucho más el supuesto Caso Roswell que el desarrollo del Proyecto Pierre Auger en el sur de Mendoza para el estudio de partículas cósmicas subatómicas.

BASES DE DATOS Y PAPELES POR TODA LA CASA

Todo periodista me atrevería a decir que tiene un archivo personal, esté organizado sistemáticamente o se manifieste como una pila de recortes de diarios y revistas arrumbados en una o más cajas sobre un estante del placard del dormitorio. El periodista científico también. Sus artículos irán desde los que tratan sobre las últimas estadísticas del cólera en Latinoamérica hasta el cuestionamiento a la Teoría de las Cuerdas. En mi caso no está este archivo tan ordenado como quisiera ni tan desordenado como lo describí más arriba. Tiene algunas carpetas separadas sobre temas que se repiten en el tiempo y que una lectura más o menos reflexiva de la realidad científica nos pronostica que se repetirán como el viaje a Marte o la clonación. Hay carpetas con curiosidades, esas que pueden acercar al lector con simpatía a los temas científicos y pueden mecharse con otras temáticas irremediablemente más áridas como los ritos de cortejo de algunas aves pasando por los primeros intentos del hombre de volar.

La principal característica del periodista científico será la curiosidad por la ciencia y su desarrollo. Todo sirve para esta difícil pero apasionante labor. A cada lugar que voy me esperan mis parientes y amigos con sobre donde recolectaron artículos de diarios y revistas sobre ciencia y tecnología. Varias veces por mes el teléfono de mi casa suena y es algún amigo que me avisa que los diarios de diez días van a tirarse: “pasá y llevátelos para recortar”. Debo reconocer públicamente en estas páginas que mi trabajo es el de cartonero del conocimiento, hurgador de novedades y preguntón compulsivo.

*Sebastián Musso
Presidente del Centro de Estudios Astronómicos de Mar del Plata, Argentina.
Co-editor portal Cielo Sur - Coordinador eventos especiales Cielo Sur.


1 comentario:

Sofía Tinajero Romero dijo...

Creo que el periodisma investigativo es la forma más pura del periodismo, además, la más creativa. Naturalmente, un buen investigador debe saber escoger muy bien sus fuentes