Radio Nacional de España




sábado, 24 de marzo de 2007

LA IMAGEN DEL CIENTÍFICO SOBRE SI MISMO

Por: Sebastián Musso

Si bien poco a poco está cambiando el científico ante el periodista ha tenido siempre una imagen sobrevaluada de su propio trabajo. Se presentan claramente dos problemas:

1. El investigador considera que su información no debe ir junto a otra de “calidad inferior”.
2. Quiere revisar la nota antes de la publicación.

La primera exigencia incluso perjudica la misión que tanto periodistas como científicos deberían tener con su trabajo en divulgación que es la de acercar el conocimiento especializado a un público mayoritario. Esto no se consigue en ningún caso suponiendo que nuestra actividad es mejor que la de otros, es igualmente importante en un medio de comunicación el último avance en medicina que las negociaciones del presidente en su gira por Europa. Los investigadores están acostumbrados a ver subestimada su actividad, a encontrarse en nuestros países con una pésima retribución económica en función de lo que producen o en comparación con sus pares del Primer Mundo y esto los lleva a tomar por defensa el ataque. Mostrar que su trabajo es tan bueno como el de otro suponiéndolo mejor. Esta es una realidad que los investigadores deberán asumir y los periodistas científicos, mientras tanto, deberán superar.



En todo caso muchos medios de comunicación han cedido frente a estas exigencias y han creado programas especiales sobre ciencia y tecnología en los canales de televisión (“Cultura para todos” en su horario habitual de las 3 de la mañana como diría un chiste no demasiado alejado de la realidad de Les Luthiers). Los medios gráficos han creado suplementos de ciencia, de tecnología, sobre informática y salud y eso no ayuda a la popularización de la ciencia. Quien busca un suplemento es quien está interesado de antemano en el tema y quien lo considera ajeno a sus necesidades e intereses simplemente no lo abre. Yo mismo hago eso con suplementos que considero fuera de mi ámbito de simpatías. La información científica debe estar en el cuerpo del periódico y no afuera, debe invitar al lector con un título atrayente, con una foto inquietante pero de ninguna manera debe estar dirigido a quien igualmente buscaría esa información por sus propios medios, al menos no únicamente.

¿Revisarlo? No, el periodismo tiene en todas sus especialidades responsabilidades ulteriores pero ceder a la supervisión del profesional puede ser un camino que no conduzca a buen término. Es cierto que la divulgación debe ser un trabajo en conjunto entre comunicador e investigador, mientras ambos se encuentren a una misma altura en sus percepciones del otro.

Personalmente me ocurrió algo curioso hace ya bastantes años que intentaré presentar aquí como ejemplo de lo que expongo sin citar nombres ni hacer demasiadas referencias personales. Estaba yo escribiendo mi primer libro sobre astronomía para chicos, algo nuevo en Argentina que no cuenta con más de diez títulos al respecto para una enorme demanda curricular desde la educación formal. Hice entonces varias copias del original y las repartí entre científicos dedicados a la materia para su corrección. Uno de ellos, contestó con un escrito casi más largo que el original objetando casi todo. Objetando párrafos de opinión que fundamentada correctamente (creo que así era) era personal y obviamente sería distinta de cambiar el autor del trabajo. Muchas de las correcciones tenían que ver con las formas y las adaptaciones que se habían hecho para explicar determinados temas. Años más tarde y con más libros sobre divulgación sobre mí asumo que no estaba tan equivocado, de hecho para otros científicos dedicados a la divulgación las comparaciones parecieron muy oportunas. El científico siempre encontrará banalizada su ciencia pues nada la explica de forma exacta prescindiendo de los métodos que le son propios, pero este debe acostumbrarse que determinadas herramientas en comunicaciones pueden dar una idea muy aproximada a la realidad y es esa la función del artículo de divulgación.

La regla de oro entonces será estar tan seguro el comunicador de sus métodos como el científico de los suyos. En Gran Bretaña desde hace varias décadas y por un convenio entre las universidades y algunos medios de comunicación, los investigadores interesados hacen pasantías en las redacciones y se interiorizan de los procesos de gestación de las noticias y de las prioridades y tiempos de estas. El entendimiento mutuo en cualquier relación de trabajo será fundamental para un resultado aceptable.


No hay comentarios: